Seguritecnia 482

58 SEGURITECNIA Enero 2021 Opinión D esde hace unas semanas, el coronavirus ha dado paso en los titulares a la nieve y a las avalanchas. Entre la borrasca Filomena y los vídeos sobre accidentes por avalan- cha que se han hecho virales, se publican noticias que hablan de “situación excep- cional” y de “fenómeno extraordinario”. Pero ¿realmente es tan extraordinario? Las nevadas y las avalanchas son fe- nómenos recurrentes todos los invier- nos. Por eso es invierno. En invierno nieva, o por lo menos, debería. Lo que pasa es que nunca nieva a gusto de to- dos, adaptando convenientemente el dicho popular. En las zonas montañosas, las nevadas a lo largo del invierno son un hecho ha- bitual. A veces nieva un poco todos los días, y en otras ocasiones caen nevadas mayores. Este tipo de episodios son fre- cuentes y estamos –o deberíamos es- tar– preparados para afrontarlos sin más problemas. Por otro lado, están los episodios que se salen de la norma. Podríamos lla- marlos “baja frecuencia/altas conse- cuencias” . Son acontecimientos liga- dos a unas características concretas y que tienen un período de retorno alto (por ejemplo, la nevada que ocurre una vez cada 100 años o la riada que su- cede una vez cada 30). Para comba- tir este tipo de eventos, que no mane- jamos habitualmente, tenemos planes de autoprotección y servicios de pro- tección civil que se activan en caso ne- cesario, ya que las administraciones no pueden dimensionar sus recursos para gestionar grandes eventos catastróficos como si ocurriesen todos los años. De ser así, habría una máquina quitanieves en cada esquina y permanecería parada el 99 por ciento del invierno. Eventos frecuentes Hasta aquí todo tiene sentido y lógica. Sin embargo, nos topamos con una rea- lidad muy diferente, y la pregunta que nos deberíamos formular, y contestar, es: ¿estamos preparados para los even- tos frecuentes invernales? En mi modesta opinión, en ocasiones no solo no estamos preparados para los eventos frecuentes, sino que nos desbor- dan. Y cuando sucede uno de esos even- tos extraordinarios, apenas tenemos ca- pacidad de reaccionar. Veamos por qué. Los problemas derivados de las neva- das, y en consecuencia, de las posibles avalanchas, podemos agruparlos en dos niveles muy básicos: los que afec- tan a infraestructuras (como carreteras o núcleos habitados) y los que afectan a la práctica de la actividad deportiva. Infraestructuras, carreteras y nú- cleos habitados : por fortuna, son po- cos y bien conocidos los puntos ne- gros en nuestro territorio, no solo a ni- vel aragonés, sino a nivel nacional. Para este tipo de avalanchas que afectan Alberto Ayora Hirsch Experto en liderazgo y seguridad Avalanchas: un fenómeno invernal frecuente ante el que hace falta preparación Avalancha en el parking de Astún (Aragón). Fuente: Alberto Ayora.

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