Seguritecnia 483

Editorial “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) / Febrero 2021 7 Esenciales de veras E l Ministerio de Sanidad ha anunciado en febrero el inicio de la segunda fase de vacunación contra el Covid-19, en el que están incluidos los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, equipos de emergencia y Fuerzas Arma- das. Sin embargo, la relación de órganos cuyos profesionales recibirán el compuesto en las próximas fechas excluye al personal de seguridad privada. Una circunstancia que ha importunado al sector, como demuestran los comunicados emitidos por varias asociaciones y agrupaciones sindicales solicitando que se incorpore también a los trabajadores de la seguridad privada en esta fase de vacunación. La reivindicación viene motivada por un argumento que la autoridad sanitaria de- bería tener en cuenta. Muchos profesionales de la seguridad prestan servicio actual- mente en instalaciones de elevado riesgo de contagio, como podrían ser hospitales o redes de transporte. Es decir, son personal muy expuesto a infectarse por motivo de su función, al igual que lo pueden ser los profesionales incluidos en la segunda fase de la estrategia de vacunación. Por tanto, no se trata de reclamar la vacunación de todo el sector, pero sí al menos del personal que trabaja en entornos con alta proba- bilidad de contagiarse como pueden ser los vigilantes de seguridad. No olvidemos que los servicios de seguridad privada han sido considerados esenciales para luchar contra la pandemia y, como tal, debería tratárseles en este caso. La cualidad de esen- cial para la sociedad no puede ser un calificativo de ida y vuelta vacío de contenido, ha de considerarse una función a valorar y para la que hace falta especial protección. No cabe duda de que la pandemia del Covid-19 ha demostrado la importancia de la seguridad privada no solo como una actividad económica, sino también como un ser- vicio a la sociedad. De ahí la conveniencia de aprovechar todo su potencial en cual- quier ámbito en el que pueda aportar sus recursos. En ese sentido, desde diferentes organizaciones también se está planteando la posibilidad de que los transportes de seguridad se hagan cargo del traslado de las vacunas, siempre bajo el seguimiento estricto de las medidas de conservación que exijan las autoridades sanitarias. Ejem- plo de ello es la Fundación Borredá, que ha transmitido a la Administración dicha po- sibilidad. De esa manera, los transportes de fondos contribuirían a agilizar la distribu- ción del compuesto y favorecer toda la cadena de suministro. En definitiva, la seguridad privada merece que el reconocimiento como servicio esencial durante las primeras fases de la pandemia tenga eco a la hora de establecer los grupos de vacunación. Porque muchos de sus profesionales se enfrentan a una exposición similar a otros miembros del sistema de seguridad y emergencias en Es- paña. Porque este personal todavía contribuye con su labor a superar uno de los peo- res episodios de nuestra sociedad que se recuerdan. Los servicios de seguridad privada han sido considerados esenciales para luchar contra la pandemia, y como tal debería tratárseles para la vacunación

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