Seguritecnia 489

/ Septiembre 2021 7 “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) ANA BORREDÁ Directora de Seguritecnia y presidenta de la Fundación Borredá Carta de la Directora Es incongruente llevar siete años regulando un sector tan estratégico como la seguridad privada con una ley de nuevo cuño y un reglamento de 1994 Una incongruencia que hay que solventar ya L a Ley 5/2014 supuso un notable avance para el desarrollo de la seguridad en España. Reconoció la madurez de las empresas de seguridad privada y comen- zó a superar el concepto de control sobre ellas para pasar a una integración de sus servicios en el sistema público de seguridad. Uno de los avances más significativos fue la toma en consideración de la perspectiva del usuario, hasta el punto de que la figura del director de Seguridad se convierte en la piedra angular del sistema. Sobre esta figura recaen las mayores responsabilidades para lograr una gobernanza avanzada, garantizando el más eficiente funcionamiento de los mecanismos en acción. Igualmente, la Ley 5/2014 inició el camino hacia la ordenación de las actividades de seguridad infor- mática ante su incidencia directa en la seguridad de las entidades públicas y privadas. Estos cambios solo podrían ser efectivos si el reglamento de desarrollo concretara las nuevas obligaciones. Desgraciadamente, su ausencia ha condenado al fracaso las inicia- tivas contempladas en la ley, por lo que hay que llamar la atención de la Administración sobre la incongruencia que supone llevar siete años regulando un sector estratégico como el de la seguridad privada con una ley de nuevo cuño y un reglamento de 1994. Una de las consecuencias de esta parálisis ha sido la ruptura de la unidad de acción con la que venía construyéndose el sistema de seguridad pública, que tenía su claro reflejo en el sector privado mediante un proceso de convergencia entre las facetas física y lógica de la seguridad. Hoy, la ciberseguridad parece haber adquirido vida propia, y es evidente que la tiene, pero no debemos olvidar que la suma, en seguridad, multiplica. La experiencia adquirida en los años de vigencia de la Ley de Seguridad Privada permite constatar la imperiosa necesidad de su desarrollo y la conveniencia de modificar aspectos sustanciales para frenar esa deriva rupturista con la convergencia y construir un modelo más eficiente e integrador. En cualquier caso, ha de prestarse atención a aspectos como: Redefinición del propio concepto y objetivos de la seguridad privada para ampliar su dimensión e incluir toda aportación del sector privado a la seguridad pública, es- pecialmente en lo que se refiere a la protección de los activos de las organizaciones, cualquiera que sea su naturaleza, frente a todo tipo de riesgos. Establecer la relación entre seguridad privada y seguridad informática en cuanto a si esta última constituye, o no, una de las actividades que le son propias. Reforzar el modelo de gobernanza de la seguridad en las organizaciones para ar- monizar la acción de las diferentes áreas que intervienen según criterios de eficiencia. Mejorar la estructura de las empresas de seguridad y la organización de sus ser- vicios , incorporando nuevas figuras profesionales y perfilando un modelo de carrera atractivo para el personal que estimule su formación y desarrollo profesional. Mantener en el seno del Ministerio del Interior el control de auditorías y certificacio- nes externas que la ley vino a impulsar. Simplificar y mejorar la estructura del texto sometido al trámite de alegaciones en 2018 , para hacerlo más sostenible y operativo. Como siempre, Seguritecnia pone al servicio de esta causa toda nuestra experiencia e independencia de criterio, así como nuestra capacidad para generar sinergias entre todos los actores del sector. Para ello ponemos ya en marcha los mecanismos necesarios para construir una propuesta que cuente con el mayor consenso posible.

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