Seguritecnia 493

/ Enero-Febrero 2022 28 Así opinan Para iniciar este breve análisis, hubiera preferido describir las evocaciones de algunos compañeros sobre la necesi- dad de incorporar un modelo nuevo de seguridad en un difícil entorno de socie- dades, personas y empresas. Hubiera preferido tener presente que multitud de sectores se encuentran en pleno proce- so de transformación, del que se deriva- rán nuevos riesgos que pueden afectar seriamente al negocio, por lo que es necesario aportar valor a las propuestas que elevemos a los órganos de decisión. Hubiera preferido seguir asomándome al proceloso futuro, si no fuera porque el presente ahoga con la actuación sin pie- dad que grupos criminales organizados llevan a cabo contra las entidades finan- cieras españolas y sus clientes, con la ayuda que el sistema garantista de nues- tro país les aporta. La impunidad de la que gozan les permite recorrer multitud de sucursales y actuar allí donde tienen más posibilidades de éxito, sea el efecti- vo en sucursales, la saca del transporte de fondos, la tablet, personas mayores en cajeros automáticos o los medios de custodia del efectivo. La indignación de las entidades es manifiesta tras dedicar infructuosamente muchos medios técni- cos, operativos e incluso jurídicos. Pero todo indica que, de antes seguir hablando del futuro, se hace necesario erradicar con urgencia dos tipologías delictivas (hurtos y robos) devenidas en factores de alto riesgo. “Los robos y hurtos en entidades son factores de alto riesgo” J uan M anuel Z arco P residente de EFITEC Las prioridades desde nuestro punto de vista están en la formación y la divulga- ción técnica. Formación tanto continua como inicial para los jóvenes ingenie- ros nuevos en la profesión y divulgación de buenas prácticas sobre temas tecno- lógicos (por ejemplo, la ciberseguridad de los sistemas de seguridad). Por ello, nuestras actividades más in- tensas ahora mismo están relacionadas con la actividad de nuestros grupos de trabajo en estudios sobre tecnologías y necesidades de formación, así como con la organización de cursos monográ- ficos de corta duración sobre temas con- cretos de actualización para ingenieros. La razón de este enfoque es que los ingenieros de seguridad tienen una prioridad obvia inherente a su profe- sión: ser capaces de dar respuesta al uso, diseño, puesta en marcha, etcéte- ra, de las nuevas tecnologías que apa- recen en el mercado a una velocidad imparable. La no especialización universitaria al respecto incluso hace que los nuevos ingenieros que se incorporan a la pro- fesión necesiten una formación “sobre la marcha” en las empresas en las que trabajan. Por otra parte, la falta de adecuación de la regulación (tanto legal como de normativa técnica) al ritmo de cambio de la tecnología hace que la vía de la emisión de buenas prácticas tenga sen- tido como normativa de facto. “Nuestras prioridades son la formación y la divulgación” A lfonso B ilbao P residente de AEINSE

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