Seguritecnia 494

/ M arzo-Abril 2022 30 Talento Femenino La intendente María del Mar González es fiel reflejo de cómo han cambiado los tiempos. Ella se incorporó a la Policía Mu- nicipal de Madrid en 1986 y, desde entonces, ha vivido los cambios significativos que se han producido en el Cuerpo, como poder llevar arma o integrarse en servicios con poli- cías varones. A lo largo de todo este tiempo, las profesio- nales se han ganado “el respeto y la confianza” de los ciu- dadanos y de sus compañeros, de manera que hoy puede afirmar rotundamente que “no existen diferencias entre mu- jeres y hombres a la hora de asignar tareas”. Intendente María del Mar González Bernal Jefa de la Unidad Integral del Distrito Carabanchel de la Policía Municipal de Madrid “El trabajo diario de una mujer policía en las calles de Madrid es exactamente igual al de un compañero” U sted cuenta con una dila- tada experiencia y trayec- toria en la Policía Munici- pal de Madrid. ¿Por qué decidió dedicar su carrera profesional a la seguridad y cómo fueron sus pri- meros pasos en el Cuerpo? Soy una mujer activa, dinámica y con in- quietudes. Asumo el riesgo que entraña este trabajo y consideré que esta pro- fesión me podía permitir desarrollar mi personalidad plenamente. Este trabajo te posibilita mantener el contacto con la realidad de la vida, así como conocer, sentir y vivir situaciones que muy pocas personas conocen directamente. Tener amigos en diferentes cuerpos policiales me permitió ver a sus integran- tes como personas muy cercanas a las que acudir cuando se presentan proble- mas de cualquier naturaleza. Ingresé en la Policía Municipal de Ma- drid con la promoción 31, el 20 de enero de 1986. Tuve la suerte de formar parte de ese grupo de seis mujeres que pudo acceder al Cuerpo. Me siento privilegia- da por ello. Tras el periodo de formación fui des- tinada a Tráfico, la unidad donde tomas verdaderamente contacto con la rea- lidad de la calle y donde empiezas a curtirte como policía porque, además de regular la circulación, se presentaban intervenciones de todo tipo: accidentes de tráfico, robos, atracos, reyertas, etc. Y en la mayoría de los casos las tienes que afrontar solo. Tengo muy buenos recuerdos de esta etapa. Éramos una piña. Estabas sola en los puestos de circulación, pero no te sentías así. Sabías que ante cualquier requerimiento, los compañeros acudían en tu ayuda rápidamente, parando al primer motorista que pasara o corrien- do, porque no teníamos vehículo para desplazarnos.

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