Seguritecnia 512

Defensa y Seguridad La guerra en Ucrania y el cambio de Gobierno en Estados Unidos empujan a la Unión Europea hacia una mayor au- tonomía en Defensa. ¿Qué papel debe jugar España en este nuevo escenario? En los últimos meses, el contexto inter- nacional ha cobrado nuevas dosis de volatilidad e incertidumbre. A la belige- rancia rusa y la creciente proliferación de amenazas híbridas, se han sumado un incremento de la violencia en otras regiones del mundo, como el Sahel, y un giro drástico en la política exterior de los Estados Unidos. Estos acontecimientos obligan a Eu- ropa a asumir un papel más activo en su propia defensa y seguridad, y a desa- rrollar ciertas capacidades tecnológicas, industriales y militares de las que había prescindido hasta el momento. La Comisión Europea ha presentado una estrategia común que incluye me- didas como las compras conjuntas, pro- yectos comunitarios en innovación e in- dustria y propuestas para movilizar hasta 800.000 millones de euros adicionales. Al mismo tiempo, los Estados miembros han pedido a España que cumpla con el compromiso que adquirió en la Cumbre de Gales de 2014 y alcance un 2 por ciento de inversión en seguridad y de- fensa este mismo año. El Gobierno de España cree en la di- plomacia y en el sistema multilateral, y no dejará de apoyarse en ellos para im- pulsar la paz en el mundo. Pero también es consciente del riesgo que implican las nuevas amenazas híbridas y de la ne- cesidad de construir una Europa capaz de defender sus intereses y garantizar la seguridad de su territorio con medios propios y soberanos. Nos encontramos ante un nuevo hito en el proceso de in- tegración de la Unión Europea y nuestro país no puede quedarse fuera de él. Ha- cerlo sería una irresponsabilidad de cara a la ciudadanía y nos expondría a una grave pérdida de influencia en otros ám- bitos clave para nuestro futuro. En 2024, España invirtió en seguridad y defensa el 1,43 por ciento de su PIB. Esa cifra duplica la inversión realizada en 2018 en términos corrientes. Por ello, el Gobierno ha puesto en marcha un Plan Industrial y Tecnológico de la Seguridad y la Defensa, con el que pretende alcan- zar el 2 por ciento del PIB en inversión en defensa y seguridad este mismo año. ¿Qué elementos diferenciadores pue- de aportar nuestro país para conseguir una mayor integración europea en ma- teria de Defensa? España participa de manera muy activa en las diferentes iniciativas europeas dirigidas a fomentar y potenciar la in- tegración en defensa. Esto es así tanto en el ámbito de la Agencia Europea de la Defensa, donde España participa de manera destacada en las diferentes he- rramientas y actividades dirigidas a po- tenciar el desarrollo de capacidades y la búsqueda de oportunidades colaborati- vas de adquisiciones conjuntas (CARD, CDP, PESCO, etc.), como en el ámbito de la Comisión Europea, a través de la parti- cipación muy significativa de la industria de defensa nacional en el Fondo Europeo de Defensa y otras iniciativas en curso. A esto se suma la presencia constan- te y permanente de representantes del Ministerio de Defensa en los diferentes foros multinacionales de discusión y de- bate de la UE relacionados con la Europa de la defensa. De esta manera se impul- sa la integración, tanto a nivel industrial, fomentando y promoviendo la coopera- ción entre industrias de diferentes nacio- nes; como gubernamental, a través de la promoción, por ejemplo, de demanda agregada para la producción. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta actualmente la defen- sa nacional y cómo se está preparando España para afrontarlos? La guerra en Ucrania ha devuelto el conflicto convencional a Europa, evi- denciando la necesidad de reforzar las capacidades estratégicas de los socios comunitarios y la necesidad urgente de reponer existencias críticas, elevar el grado de preparación operativa y moder- nizar las capacidades. Esto ha obligado a replantear calendarios industriales, reforzar la cadena logística y priorizar la soberanía estratégica en sectores sensi- bles. A su vez, el auge de las amenazas híbridas en forma de ciberataques, desinformación, presión económica y migratoria, junto con los sabotajes a in- fraestructuras críticas, plantean desafíos diarios a la seguridad nacional. Asimismo, debemos valorar que Espa- ña no deja de ser la frontera sur de la UE y de la OTAN, y que afronta desafíos y necesidades adicionales. Nuestra ubi- cación geoestratégica nos exige una de- fensa multidimensional, con capacidad de despliegue rápido y alta adaptabili- dad operativa. España, al igual que la gran mayoría de los países comunitarios, parte de una situación de infrainversión crónica en defensa con capacidades industriales fragmentadas y dependencias energéti- cas y tecnológicas en áreas críticas. Pre- cisamente, el Libro Blanco sobre el futuro de la defensa europea y el plan ReArmar Europa/Preparación 2030 advierten de que sin un aumento considerable, sos- tenido y coordinado de la inversión en defensa, Europa no podrá garantizar una disuasión creíble ni hacer frente a con- tingencias de alta demanda. En la misma línea, la Estrategia In- dustrial de Defensa Europea y el futuro Programa Europeo de Inversiones en Enrique González Herrero y Ana Borredá / Marzo-Abril 2025 17

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