Seguritecnia 512

/ Marzo-Abril 2025 26 A vista de Así pues, la seguridad nacional no pue- de dejar de contemplar la aportación de la seguridad corporativa como cataliza- dor de todos los recursos de la seguridad civil. Nuestras empresas trabajan para la defensa y constituyen uno de sus esca- lones básicos. También son proveedores de nuestras fuerzas de seguridad pública y colaboran con ellas en el mantenimien- to de la seguridad ciudadana. Por último, nadie puede dudar de su contribución a la acción exterior si tenemos en cuenta que, en 2022, había más de 5.000 filia- les de empresas españolas operando en el extranjero en sectores como industria, construcción, comercio y servicios, ge- nerando una cifra de negocio de más de 230.000 millones de euros, con más de 800.000 personas empleadas. Aunque, a los solos efectos de control del gasto público y desarrollo de políti- cas específicas, seguridad y defensa se sitúan en diferentes ministerios, tiene todo el sentido que contemplemos am- bas áreas, junto con la acción exterior, como un conjunto de fuerzas que se unen con el objetivo común de garanti- zar la seguridad nacional. Integrado de facto en ese conjunto, la seguridad civil debe jugar un importante papel y, muy especialmente, nuestras empresas y su seguridad corporativa. Para llevar a cabo esta convergencia, es imprescindible desarrollar en la socie- dad una cultura de seguridad y defensa, al modo en que los conceptos de seguri- dad vial se inculcan ya desde la escuela. Con pequeñas diferencias, nuestras ge- neraciones han disfrutado de una época de bonanza nunca antes conocida, pero los tiempos están cambiando y solo si estamos preparados nuestra sociedad superará las pruebas que se atisban en un horizonte no muy lejano. La Fundación Borredá quiere hacer desde aquí un llamamiento a los sec- tores concernidos para colaborar en el desarrollo y fortalecimiento de esa cultu- ra, dejando a un lado los intereses par- ticulares y corporativistas, con la vista puesta solo en el interés general. Son muchos los cambios necesarios para llegar a esa comunidad de cultura y ha- brá que ir fijando fases y objetivos, pero el primer paso ha de ser necesariamente compartir la voluntad de hacerlo. Es imprescindible desarrollar en la sociedad una cultura de seguridad y defensa, al modo en que los conceptos de seguridad vial se inculcan ya desde la escuela

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