Seguritecnia 512

Defensa y Seguridad Defensa (EDA), Guardia de Fronteras y Costas (FRONTEX), Programa Espacial (EUSPA). Y no solo agencias, sino estrate- gias transversales como las de Seguridad Económica, Adaptación Climática o Escu- do Democrático, entre otras muchas. En este proceso de transición aumen- tan los solapamientos entre antiguos y nuevos gestores, y los recién llegados acaban compartiendo o desalojando a los anteriores de los nichos de seguridad que ocupaban. Por ejemplo, y en el caso de España, las Fuerzas Armadas han incrementado sus funciones de apoyo a la seguridad interior, mientras que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han au- mentado su proyección exterior y com- parten dominios operativos de defensa. Siguiendo en España, la gestión de la ciberseguridad se ha dispersado por di- versos ministerios hasta que finalmente, y no sin dificultades, el anteproyecto de Ley de Coordinación y Gobernanza de la Ciberseguridad ha optado por crear un Centro Nacional de Ciberseguridad para garantizar la cooperación intersectorial y transfronteriza y la gestión de crisis. En la UE encontramos otros ejemplos en la misma dirección. Cuenta con va- rias políticas y estrategias con la deno- minación de seguridad como la Política Común de Seguridad y Defensa, la Polí- tica Exterior y de Seguridad Común o la Política de Seguridad Interior, lo que difi- culta su comprensión si se compara con la de los Estados (ninguno de ellos tiene una política de seguridad y defensa a la vez). Cabría preguntar a los ciudadanos europeos, el 77 por ciento de los cuales consultados por el Eurobarómetro de pri- mavera de 2024 apoyan una política eu- ropea de seguridad y defensa, saben a qué se refieren: ¿a la dimensión exterior de la seguridad y defensa?, ¿a la inte- rior?, ¿a ambas? La confusión se reduce entre los iniciados que saben que ambas políticas solo se ocupan de la dimensión exterior de la defensa y la diplomacia europeas en tareas como la prevención de conflictos, el desarme, las misiones y operaciones o las negociaciones multi- laterales, entre muchos otros. Centralización en la UE Sin embargo, unos y otros, están asistien- do a una lenta fusión de las competen- cias comunitarias de seguridad y defensa de la UE con las de los Estados miembros. La centralización ha empezado por el lado comunitario. Dentro de sus compe- tencias, y bajo el nombre de “Unión de la Seguridad”, se esconde una arquitectura robusta que cuenta con su propio marco estratégico, comisarios, instituciones, normativas y presupuestos propios. Su Estrategia Europea de Seguridad Interior afronta problemas como los del terroris- mo, el crimen organizado, la ciberseguri- dad, las fronteras o la protección civil. A la consolidación de esta Unión con- tribuye la aparición de la Estrategia de Preparación de la Unión, que trata de centralizar las estrategias, competencias y agencias de seguridad, cubrir todos los riesgos y poner al día los mecanismos europeos de gestión de crisis. Por el lado intergubernamental, la cen- tralización no progresa tanto porque los Estados miembros se resisten a ceder el ejercicio y la titularidad de competencias de seguridad y defensa que permanecen en el núcleo de su soberanía. El alcance de la seguridad y defensa se limita a los términos fijados en la Brújula Estratégica, más diseñada para proporcionar seguri- dad a terceros que para proporcionar de- fensa a la UE, tal y como ha evidenciado la guerra de Ucrania hasta ahora. La fragmentación reduce la eficacia de la gestión compartida, pero esto podría cambiar en el futuro. Por un lado, la Co- misión ha ido adquiriendo competencias en los ámbitos industriales, tecnológicos y económicos de la seguridad y defensa. Financia programas de investigación, desarrollo e innovación y dispone de capacidades de lucha contra la desinfor- mación, la guerra híbrida y capacidades espaciales de observación y comunica- ciones. Por el contrario, la Comisión se ve implicada en todo lo que ocurre en la di- mensión exterior de la seguridad cuando las crisis internacionales, los conflictos o las confrontaciones geopolíticas afectan a los intereses estratégicos de la Unión. A diferencia de los Estados miembros, la UE no dispone de un Consejo de Se- guridad Nacional que pueda gestionar todas las competencias, por lo que –len- tamente– la Comisión ha ido tejiendo una red de influencia en la gestión de las competencias compartidas median- te los grupos de trabajo del Consejo en los que participa. La socialización en el trabajo facilita, pero no determina el fin de la fragmentación, pero permite a la UE aprovechar cada oportunidad para hacerse notar como garante de la seguri- dad y defensa de los ciudadanos. Si este proceso continúa, y cuando los Estados comprendan sus limitaciones y la necesi- dad de ganar escala en la gestión, la UE podría convertirse en un verdadero actor global de seguridad y defensa. Mientras, la interacción entre la seguridad y la de- fensa se irá estrechando y se difuminarán las fronteras que las separaban. / Marzo-Abril 2025 29

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