Seguritecnia 512

/ Marzo-Abril 2025 86 Opinión E n un contexto donde las amenazas a infraestructu- ras críticas son cada vez más complejas, Dorlet plan- tea una visión integradora de la seguri- dad, asimilándola al sistema nervioso humano. La seguridad debe comportar- se como un organismo vivo, donde cada parte esté en sincronía y funcione de manera integral para detectar, analizar y actuar ante cualquier amenaza. Este enfoque puede visualizarse a través de una analogía poderosa: el sistema nervioso humano. Al igual que nuestros órganos sensoriales recopilan información del entorno y el cerebro toma decisiones inmediatas para preser- var el equilibrio del cuerpo, los sistemas de seguridad deben actuar de forma sincronizada, inteligente y precisa. Ya no solo depende de cámaras, sensores o alarmas, sino de una integración per- fecta de todos estos elementos, donde cada uno actúa en armonía con el resto, de forma rápida y precisa. Así como el cerebro procesa y distribu- ye la información a todo el cuerpo para tomar decisiones en segundos, un siste- ma de seguridad también debe ser ca- paz de integrar datos de distintas fuentes y con esa información orquestar una res- puesta adecuada, en tiempo real. El cuerpo sensorial En esta arquitectura viva de la seguri- dad, el conjunto de sistemas distribuidos actúa como una extensa red sensorial que percibe y discrimina eventos a lo largo de toda la infraestructura. Este cuerpo perceptivo no se limita al control de accesos, sino que integra también sistemas de videovigilancia, intrusión, antiincendios, entre muchos otros. Cada uno de estos elementos apor- ta información crítica, en tiempo real, sobre el estado del entorno: desde un intento de acceso no autorizado, hasta una fluctuación anómala de temperatu- ra en una sala técnica o una intrusión perimetral en horario no operativo. Esta diversidad de estímulos, captados por tecnologías heterogéneas, requiere de una capacidad de integración que per- mita correlacionar eventos y activar res- puestas automáticas. En la práctica, esto se traduce en una gran capacidad de adaptación a las dis- tintas zonas y requisitos de seguridad dentro de una organización. No todas las áreas requieren el mismo nivel de protección, ni tienen los mismos riesgos asociados. De hecho, Dorlet ha desarro- llado un sistema de control de accesos modular y flexible, capaz de ajustarse de forma inteligente a los distintos niveles de sensibilidad y uso de cada entorno. Por ejemplo, en las zonas de uso ge- neral como vestíbulos, pasillos o salas de reuniones, pueden requerir accesos ágiles mediante tarjetas de proximidad o credenciales móviles NFC, priorizando la comodidad. En cambio, en zonas res- tringidas, como laboratorios o salas de seguridad que exigen una autenticación más reforzada, se incorporan factores biométricos, multifactor o lectores de alta tecnología. Para las diferentes situaciones, Dor- let ofrece lectores de última tecnolo- gía, como la gama EVOpass (10, 20, 40 y 80) o los sistemas Wireless (ma- nillas y cilindros CX, candados…), que permiten verificar el acceso mediante tarjetas RFID, biometría, código o in- cluso NFC y BLE ( smartphone ), garan- tizando una respuesta más eficiente y personalizada. No obstante, la capacidad del sistema de control de accesos no se limita solo a puertas o perímetros visibles. En muchos entornos de alta seguridad, existen es- pacios pequeños, pero igual de críticos, que requieren una protección precisa: taquillas personales, armarios técnicos o cajones con documentación clasifi- cada o material privado. Dorlet también ofrece soluciones específicas para estos casos, aplicando el mismo principio: sa- ber quién accede, cuándo y en qué con- Integración y control en infraestructuras críticas: el sistema nervioso de la seguridad I gnacio R ojo D irector de la U nidad de N egocio de D orlet S ecurity

RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz