SEGURILATAM 006

artículo técnico 13 Tercer cuatrimestre 2017 Seguridad en Entidades Financieras sitivos de detección de calor, vibración o humo, así como disponer de una bó- veda lo suficientemente resistente que ayude a que la autoridad pueda lle- gar antes de que el ladrón logre abrirla y hacerse con el efectivo. Y otro ele- mento de protección es el sistema de entintado de billetes. El segundo modus operandi de robo a cajeros automáticos es el jaleo me- diante un cable de acero o impactarlos con una camioneta para desprender- los. Y ello se evita utilizando un buen anclaje. Al respecto, es necesario que el mismo tenga, al menos, cinco pun- tos de sujeción y un tornillo de tipo es- párrago lo suficientemente largo para penetrar una losa de concreto que im- pida el impacto o que el jalado pueda desprender el cajero automático. Y tam- bién es importante considerar los ele- mentos químicos de pegamento que puedan hacer un anclaje sólido cuyo arranque provoque la salida del deno- minado cono de extracción. Los casos de amenazas como el hackeo de cajeros automáticos para ex- traer efectivo se previenen verificando, junto al proveedor del dispositivo, las vulnerabilidades a las que el modelo en cuestión está sujeto y, a través de ex- pertos en seguridad informática, deter- minar las contramedidas. Proteger el efectivo es una labor di- fícil que tiene fecha de caducidad, ya que, cada vez más, está siendo susti- tuido por dinero electrónico. Pero en México aún tardará algunos años, por lo que la inversión en seguridad física se- guirá siendo muy importante para ga- rantizar la operatividad de las sucursales bancarias. es posible detectar y abordar al sospe- choso para, amablemente, preguntarle qué hace o si necesita alguna ayuda. Con una conducta así se puede evi- tar un hecho delictivo y llamar a la po- licía si se cuenta con las fotografías de los integrantes de una banda y alguno de ellos es identificado en una oficina bancaria. Cajeros automáticos Los robos a cajeros automáticos permi- ten sustraer una gran cantidad de dinero sin ser detectados y los delincuentes se enfrentan a un delito de menores con- secuencias que un asalto a una sucursal. Se materializan de dos formas. La pri- mera con un soplete o herramienta de corte, para lo que se requiere conocer el tipo y marca de cajero automático con el fin de determinar el lugar exacto de actuación. Una medida para miti- gar esta amenaza es contar con dispo- antiintrusión con dispositivos que pue- dan detectar movimientos en el perí- metro y, a través de elementos como cámaras, verificar si se trata de una in- trusión para avisar a la autoridad. Los sistemas deben detectar la amenaza en el perímetro con el objetivo de que la fuerza de respuesta pueda llegar an- tes de que se consume la extracción. También se producen intrusiones a primera hora de la mañana, cuando los empleados acaban de llegar a la su- cursal, o a la noche, cuando ya no hay clientes en la oficina bancaria. Por lo ge- neral, se trata de un comando armado que, aprovechando que los trabajadores tienen acceso a las diferentes llaves, cla- ves de alarma y entradas a zonas segu- ras, logran acceder bajo amenazas a la bóveda o los cajeros automáticos. Capacitar al personal ante estas si- tuaciones es de vital importancia para que los protocolos de entrada y salida de las oficinas bancarias sean discre- tos y llevados a cabo de manera se- gura. El protocolo de seguridad esta- blece que cada llave o clave de alarma debe ser manejada por diferentes em- pleados para que, en caso de un evento desafortunado, siempre se necesiten, al menos, tres trabajadores para acce- der al efectivo. En ese sentido, el apego a los procedimientos de actuación de la central de monitoreo también son muy importantes para detectar esquemas y contactar con las autoridades de ma- nera discreta. La posibilidad de impedir estas amenazas con los protocolos de seguridad ha elevado el grado de difi- cultad para los asaltantes. Robo a cuentahabiente Habitualmente, el robo a cuentaha- biente se realiza por un delincuente que, dentro de la oficina bancaria, ob- serva el tipo de operaciones de los clientes. Una vez seleccionada, se co- munica con un cómplice para que aborde a la víctima en la vía pública. La manera de evitarlo es mediante la observación de las personas que se en- cuentran en la oficina bancaria sin reali- zar ninguna actividad. Cuando el perso- nal de la sucursal está bien capacitado En México todavía se tardará unos años en sustituir el efectivo por dinero electrónico, por lo que la inversión en seguridad física seguirá siendo muy importante para las sucursales bancarias

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