Montserrat Iglesias Lucía
Doctora Montserrat Iglesias-Lucía Directora de la Escuela de Prevención y Seguridad Integral Universidad Autónoma de Barcelona

Seguridad con mucha luz

Seguridad integral

El 28 de abril de 2025, un apagón eléctrico sin precedentes dejó a más de 60 millones de personas en España, Portugal y partes del sur de Francia sin suministro eléctrico, internet, telefonía móvil y otras afectaciones durante varias horas.

Desde el punto de vista de seguridad, un apagón generalizado implica una situación de alto riesgo sistémico que afecta múltiples dimensiones críticas de una sociedad moderna. Nos encontrábamos ante una emergencia de gran impacto y de baja frecuencia.

De gran impacto por su potencial capacidad de desestabilizar funciones esenciales del Estado, afectar a servicios esenciales, generar desórdenes sociales y comprometer la seguridad física, digital, económica y humana.

Y de baja frecuencia por lo inusual de este tipo de riesgos, hecho que complicaba la gestión de la emergencia por la falta de habitualidad en la toma de decisiones y aplicación de operativos.

Gestión integral de riesgos

A falta de una auditoría de modelo de gestión integral de riesgos donde se evalúe la amenaza causante del apagón, si fue natural, técnico o intencionado; el nivel de exposición real; la vulnerabilidad de nuestros sistemas de seguridad; la capacidad de respuesta y resiliencia que demostramos, y, las medidas correctoras y de mejora para prevenir situaciones análogas futuras, queda claro que la formación y capacitación del sector de la seguridad es estratégico para que hechos como este tengan el mínimo impacto en la vida de las personas.

Una formación que debe basarse en una visión integral de la seguridad porque la seguridad integral no es solo un concepto teórico; es una herramienta práctica que permite anticipar, mitigar y gestionar de forma eficaz amenazas complejas. Implica la integración de conocimientos en seguridad física, ciberseguridad, protección civil, inteligencia, gestión de crisis o planificación preventiva estratégica, pero además competencias como liderazgo o comunicación preventiva y de crisis, tan necesarias como el conocimiento técnico en la gestión.

Sin esta visión global e integral de la seguridad, cualquier respuesta puede ser parcial e ineficaz.

Invertir en formación en seguridad integral no es un gasto, sino una inversión en resiliencia, estabilidad y confianza social

Durante un apagón, la seguridad puede verse seriamente comprometida: la falta de iluminación y videovigilancia incrementa el riesgo de delitos; los sistemas de alarma fallan; las redes de comunicación colapsan; los hospitales funcionan bajo mínimos, y la desinformación se multiplica. Solo los profesionales con formación específica en seguridad integral están preparados para actuar de manera eficaz ante estos escenarios, minimizando el impacto y evitando la escalada del riesgo.

El poder de la formación

La formación, tanto de grado como continua, especializada y multidisciplinar, debe ser un pilar estratégico que aporte luz para entender el mapa completo del riesgo, interpretar señales tempranas, colaborar interinstitucionalmente y liderar con eficacia en situaciones de crisis.

Sin embargo, la próxima crisis no será una cuestión de si ocurrirá, sino de cuándo. Invertir en formación en seguridad integral no es un gasto, es una inversión en resiliencia, estabilidad y confianza social.

Si quiere conocer nuestra formación tanto en grados oficiales como en formación permanente, visita https://www.uab.cat/prevencion-seguridad-integral/

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