Asociaciones internacionales instan a los gobiernos a preservar el efectivo durante el coronavirus

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«Los billetes y monedas son seguros de usar en la era del coronavirus. Estigmatizar el efectivo erosiona la libertad personal, perjudica a los grupos marginados y solo beneficia a los proveedores de pagos privados a expensas del consumidor». Esta es la afirmación conjunta que han realizado varias asociaciones internacionales: La International Currency Association (ICA), que representa a la industria de la moneda; CashEssentials, un grupo de políticas proefectivo; la International Security Ligue, que representa al sector de seguridad privada; la European Security Transport Association (ESTA); la ATM Industry Association, la asociación comercial sin ánimo de lucro que representa a la industria internacional de cajeros automáticos; Cash Matters, un movimiento de defensa del efectivo; y la Asociación Europea de Protección Inteligente de Efectivo (EURICPA). Todas ellas han unido sus fuerzas para continuar suministrando efectivo de manera ininterrumpida y segura durante la pandemia. Además, abogan por el papel del efectivo en el corazón de las economías de todo el mundo durante la crisis del coronavirus.

Los gobiernos y los bancos centrales deben garantizar que todos los que quieran pagar en efectivo puedan hacerlo, sin estigma

Según explican estas asociaciones en un comunicado conjunto, los sectores de divisas, seguridad, cajeros automáticos y transporte están trabajando incansablemente para asegurar el suministro de efectivo a todos. “Se han tomado medidas intensivas para garantizar el suministro continuo y la disponibilidad de efectivo. Además, lo hacemos salvaguardando la salud y la seguridad de los trabajadores y operadores de servicios en los sitios de producción, transporte y distribución para garantizar la disponibilidad y el acceso al efectivo por parte del público en todo el mundo”, explican.

El efectivo es seguro de usar en la crisis del coronavirus

Asimismo, tal y como indican el Banco de Pagos Internacionales, los bancos centrales de todo el mundo y las organizaciones de salud pública como la OMS y el Instituto Robert Koch, el efectivo es seguro de usar. «Los consumidores que usan tarjetas de pago deben tomar las mismas precauciones que aquellos que manejan billetes y monedas, lavándose las manos y minimizando el contacto con cualquier superficie», comentan. Y es que los consumidores y los cajeros están expuestos al mismo riesgo independientemente de la elección del instrumento de pago.

Estas organizaciones subrayan que el efectivo es «un medio de pago universal disponible para todos». Eso sin importar el estatus social, situación financiera, solvencia, edad, sexo, raza, nacionalidad y capacidad. Además, es particularmente vital para las personas mayores, las personas sin hogar y otros grupos marginados, como los 1.700 millones de personas no bancarizadas en este mundo. El efectivo también protege la privacidad y el anonimato de sus usuarios, y su libertad personal. Asimismo, los pagos con tarjeta, móviles y sin contacto aumentan la cantidad de datos que comparten los consumidores.

Finalmente, estas asociaciones afirman que “los comerciantes y los consumidores deben seguir usando efectivo, porque defenderlo significa proteger las libertades y ayudar a los más vulnerables”. El efectivo es resistente en tiempos de crisis, desempeña un papel social y económico crítico y positivo, y es seguro de usar. “Los gobiernos y los bancos centrales deben garantizar que todos los que quieran pagar en efectivo puedan hacerlo, sin estigma”, concluyen.