La Unión Europea presenta su nueva estrategia de seguridad

Unión de la Seguridad
Departamento de Seguridad Nacional

La Comisión Europea ha dado a conocer la Estrategia de la UE para una Unión de la Seguridad, que cubre el periodo comprendido entre 2020 y 2025. Este nuevo documento sustituye a la Estrategia Global para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, presentada en 2016.

El objetivo de la Estrategia para una Unión de la Seguridad es ofrecer un dividendo de seguridad para proteger a todos los integrantes que se encuentren en dicho territorio. Para ello define primeramente las principales vulnerabilidades y amenazas, las cuales “se encuentran en un estado de transformación constante”. Entre estas amenazas señala la dependencia de los servicios esenciales de una infraestructura física y digital vulnerable. Y, además, el aumento los ciberataques, los daños a infraestructuras críticas, las campañas de desinformación o la radicalización del discurso político. No obstante, no se olvida de las amenazas que todavía entrañan el terrorismo y la delincuencia organizada.

Involucración de la sociedad

El documento plantea, asimismo, la necesidad de involucrar más al conjunto de la sociedad para avanzar hacia la unión de la seguridad. Y también de sensibilizar sobre los riesgos de la dependencia y la necesidad de una estrategia industrial europea sólida.

En este sentido, como líneas de acción señala que hay que desarrollar capacidades y medios para la detección temprana, la prevención y la respuesta rápida a las crisis. Pero también evaluar las amenazas y los riesgos para orientar los esfuerzos de la Unión y conectar a los sectores público y privado en un esfuerzo común.

Prioridades de la Estrategia para una Unión de la Seguridad

La Estrategia de la UE para una Unión de la Seguridad cuenta con cuatro prioridades. La primera de ellas es conseguir un entorno de seguridad con garantías de futuro. Para ello, la UE se propone asegurar la protección y la resiliencia de las infraestructuras críticas, físicas y digitales, la seguridad en el ciberespacio y los espacios públicos.

La segunda prioridad es enfrentarse a las amenazas cambiantes. De hecho, el documento establece que la lucha contra la ciberdelincuencia debe convertirse en una prioridad estratégica de comunicación. Por otro lado, señala que urge que los profesionales de las fuerzas de seguridad se adapten a las nuevas tecnologías.

La tercera prioridad va en línea con proteger a los europeos frente al terrorismo y la delincuencia organizada. Para ello, señala el documento, hay que abordar las causas profundas de la amenaza terrorista, fomentar la cohesión social, intensificar la lucha contra la radicalización, conseguir el enjuiciamiento de los culpables, identificar las personas de alto riesgo y abordar el reto de los combatientes terroristas extranjeros. Todo ello, mediante la cooperación internacional y multilateral.

Pero los esfuerzos de la Unión también se deben centrar en otros aspectos, según la Estrategia. Entre ellos, la lucha contra el tráfico de drogas, el comercio de armas de fuego, el tráfico ilícito de migrantes, los delitos contra el medio ambiente o los delitos económicos y financieros.

Por último, exhorta a conseguir un ecosistema de seguridad europeo sólido. Aquí cabe destacar la importancia de la cooperación y del intercambio de información.

Igualmente, el documento señala que también es fundamental mantener unas fronteras exteriores fuertes frente a la delincuencia transfronteriza y el terrorismo. Y reforzar la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico de la UE, así como incrementar la sensibilización ciudadana sobre su propia seguridad.

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