La Fundación Borredá celebró su tercera píldora informativa sobre la inteligencia en el entorno de la seguridad corporativa

Inteligencia: un recurso clave para el acierto de la seguridad corporativa

La inteligencia siempre ha ido de la mano de la seguridad. Sin embargo, esta disciplina no está ampliamente extendida, a pesar de la ventaja que proporciona en la toma de decisiones de los responsables de seguridad. La Fundación Borredá dedicó, el 18 de junio, una de sus píldoras virtuales a este tema, para dar a conocer el valor de la inteligencia en la seguridad corporativa.

Participantes de la píldora informativa de la Fundación Borredá sobre inteligencia y seguridad
Enrique González Herrero

La capacidad de generar conocimiento para apoyar la toma de decisiones es una ventaja en escenarios como el actual, donde el cambio y la incertidumbre son permanentes. Por eso la inteligencia ha ganado peso en los últimos años dentro de los departamentos de seguridad. Los responsables de esta área son cada vez más conscientes de que analizar la información y saber aprovecharla es imprescindible para anticiparse o prepararse cualquier tipo de escenario. Sin embargo, esta disciplina no está exenta de complejidades si no se aplica adecuadamente.

Una de las primeras barreras es no comprender exactamente qué es la inteligencia. En ese sentido, Miguel Merino, miembro del comité asesor de la Fundación Borredá, reflexionó sobre este concepto. Merino sostuvo que el director de seguridad analiza constantemente los riesgos de sus organizaciones basándose en la información que recibe; sin embargo, esta por sí sola no constituye un producto de inteligencia.

Miguel Merino, miembro del comité asesor de la Fundación Borredá.

Tal como expresó, la inteligencia es un proceso de análisis metódico de la información para generar conocimiento útil para tomar decisiones. «Uno tiene que pararse un momento para sacar provecho de la información. Si no introducimos técnicas estructuradas de análisis, no sabemos hacia dónde tenemos que ir», observó el ponente.

Para conseguir esa capacidad analítica, Merino opinó que la vía apropiada es «la formación». De esa manera, el análisis estructurado se puede sumar a la «inteligencia intuitiva» que adquiere el director de seguridad con los años y mejorar así su toma de decisiones. «Si incorporamos la inteligencia estructurada a los procesos de seguridad, nos aportará un completo asesoramiento elevando la seguridad», añadió este profesional.

Merino sostuvo que, aunque «para mucha gente la inteligencia es simplemente recibir información de diferentes fuentes», esta no existe si no se completan todas las fases del ciclo de inteligencia (dirección, obtención, análisis y difusión).

Unidades de inteligencia heterogéneas

Los analistas son los protagonistas de la inteligencia. Su función es crucial y una de las más delicadas. Si el analista falla, no hay inteligencia. Por eso es tan importante que quienes se dedican a ello tengan unas ciertas aptitudes y actitudes. Una fundamental es ser conscientes de sus propios prejuicios y tener una mentalidad abierta. «Como analistas, tenemos que desaprendernos de los sesgos cognitivos que nos llevan a interpretar la realidad de una manera inadecuada», apuntó al respecto Juan Antonio Gómez Bule, asesor de Accenture Security.

Para este experto, es necesario que las unidades de inteligencia estén compuestas por profesionales con todo tipo de ideas y mentalidades. La heterogeneidad de pensamiento es una necesidad para ver la realidad en toda su dimensión, dada la complejidad actual para interpretar lo que sucede en el mundo. «Los modelos de silos de información se están diluyendo, porque dentro de nuestras organizaciones necesitamos la colaboración de todos; y qué mejor que unas células de inteligencia que hagan análisis completos y cuenten con perfiles complementarios de muchas especialidades», reflexionó al respecto.

Juan Antonio Gómez Bulle, asesor de Accenture Security.

Gómez Bule insistió también en la trascendencia de la gestión del riesgo en un entorno de cambios disruptivos, como ha sido la crisis del COVID-19. «La seguridad, los conflictos, la gobernanza, la separación de poderes, el modelo laboral, el posicionamiento geopolítico, la soberanía digital; todo cambia y las barreras de lo que es el conflicto han cambiado», observó durante su intervención.

El ponente resumió su intervención en la necesidad de «identificar los riesgos, trabajar sobre los sesgos y aplicar criterios de toma de decisiones bajo el punto de vista del analista, cuyo objetivo fundamental es presentar de manera breve y eficiente el escenario sobre el que tiene que trabajar quien toma las decisiones».

Inteligencia situacional

La capacidad de identificar escenarios futuros o al menos aproximarse a ellos es uno de los objetivos de la inteligencia. En ese sentido trabajan compañías como everis Aeroespacial, Defensa y Seguridad (ADS) a través del desarrollo de tecnologías que faciliten el análisis de situaciones. En concreto, Mario Martínez Vizuete, gerente del área de Inteligencia de la multinacional, dio a conocer un proyecto específico para la seguridad de eventos multitudinarios.

Dicha tecnología permite extraer información de múltiples fuentes para identificar amenazas en la fase preparatoria de un evento multitudinario. De esta manera, el organizador podrá establecer las medidas de mitigación y seguridad necesarias en base a la información analizada.

Miguel Martínez Vizuete, gerente del área de Inteligencia de everis Aeroespacial, Defensa y Seguridad

«Posteriormente podemos hacer un análisis donde se analicen fuentes como, por ejemplo, las señales de vídeo generadas durante el evento, con el objeto de ayudar a las investigaciones si se ha producido un incidente o de extraer lecciones aprendidas que sirvan para la fase preparatoria de otro evento», explicó Martínez Vizuete.

El representante de everis ADS añadió que las fuentes que proporciona su tecnología, llamada Scene Awareness Tool, incluye información tanto de carácter físico como digital. «Una vez procesada toda la información en nuestros sistemas, aplicamos una capa de inteligencia que puede encontrar cosas que el analista no ha visto», aseguró.

Ahora bien, como aclaró el ponente, «no se trata de que el sistema haga más inteligencia que el analista, sino de poner a su disposición herramientas que le ayuden».

Conclusiones de la píldora informativa sobre inteligencia y seguridad

Entre las principales conclusiones extraídas de la píldora informativa de la Fundación Borredá sobre inteligencia y seguridad corporativa destacamos:

  • La inteligencia es un proceso de análisis de la información para generar conocimiento orientado a la toma de decisiones.
  • La inteligencia requiere un proceso estructurado mediante el cual se complete un ciclo que va desde el encargo del decisor hasta la difusión de los resultados del análisis.
  • Inteligencia no es solo obtener información, requiere una serie de procesos que den lugar a conocimiento válido para el decisor.
  • Uno de los grandes retos del analista es combatir sus propios sesgos cognitivos para interpretar adecuadamente la realidad.
  • Por ello, las unidades de inteligencia deben ser heterogéneas, donde participen perfiles profesionales de diferentes especialidades y mentalidades.
  • La inteligencia se puede aplicar a todo tipo de escenarios para identificar amenazas y saber establecer las medidas de seguridad apropiadas.
  • La tecnología es una herramienta que facilita la labor del analista de inteligencia, si bien no sustituye su labor.