Daniel Íñigo Zárate Garay Director de seguridadServicio Riojano de Salud

"Una de mis preocupaciones es incrementar los niveles de protección y seguridad del personal en movilidad"

Daniel Íñigo Zárate, director de Seguridad del Servicio Riojano de Salud.

Numerosas comunidades autónomas se enfrentan a problemas como la dispersión geográfica. Una situación que influye, y mucho, en el amparo de los servicios médicos. De ahí que una de las preocupaciones de Daniel Íñigo Zárate como director de Seguridad del Servicio Riojano de Salud sea incrementar los niveles de protección del personal en movilidad. Reto en el que las tecnologías, en su opinión, tienen mucho que decir.

La Rioja cuenta con una población de más de 300.000 personas. ¿Cómo se distribuye la red de hospitales y centros sanitarios en toda la comunidad autónoma? ¿Con qué instalaciones cuenta el Servicio Riojano de Salud y a cuántos pacientes da servicio?

Desde el punto de vista hospitalario, la infraestructura de salud de La Rioja se articula en base a las características geográficas y poblacionales, como es lógico, pivotando sobre dos centros principales: el Hospital Universitario San Pedro, que da servicio de forma directa al área de Logroño y a la denominada Rioja Alta, así como a la totalidad de la comunidad autónoma; y por otro lado, el Hospital de Calahorra, que atiende fundamentalmente el área geográfica de Rioja Baja.

Asimismo, contamos con otro centro en el mismo Logroño, el Hospital General de La Rioja, con actividades propias de salud mental, cuidados paliativos, geriatría y rehabilitación.

También disponemos, por supuesto, de una extensa red de atención primaria que cubre la totalidad del territorio riojano, tanto a través de los centros de salud como de consultorios.

Y por último, me gustaría hacer referencia a dos centros de mayor especificidad: el Centro de Salud Mental y un centro de Alta Resolución de Procesos Asistenciales.

Lógicamente, los pacientes a los que se da servicio son la totalidad de la población riojana y a todos aquellos de zonas colindantes o próximas a nuestra región, particularmente Álava y Navarra.

¿Cómo está estructurada la seguridad hospitalaria del Servicio Riojano de Salud y dónde se sitúa en el organigrama?

La estructura del Servicio de Seguridad del Servicio Riojano de Salud presenta como primera característica su constitución mediante un Departamento de Seguridad, en los términos previstos legalmente en la normativa de aplicación, con el pertinente director de seguridad al frente del mismo.

Desde un punto de vista más operativo o funcional, y obviando la lógica presencia de los sistemas y subsistemas de seguridad (intrusión, CCTV…), la estructura está basada en una arquitectura que garantice la más eficaz y eficiente cooperación y comunicación entre todos sus niveles. En concreto, contamos con diferentes escalones operativos de modo que siempre haya un nivel de nuestra estructura que pueda interrelacionarse más directamente con las diferentes cotas que encontramos a su vez en la propia estructura del servicio Riojano de Salud, garantizando en todo momento una comunicación bidireccional en todos los niveles.

Así, la estructura está fundamentada, como no puede ser de otro modo, en la figura del vigilante de seguridad. Después se va ascendiendo por un grupo de responsables de turno, posteriormente a un responsable de equipos y, por último, al director de Seguridad Hospitalaria.

Daniel Íñigo Zárate, director de Seguridad del Servicio Riojano de Salud.

¿Cuáles son los principales retos de seguridad a los que tienen que hacer frente las organizaciones sanitarias de La Rioja?

El grandísimo reto que tiene un director de seguridad hospitalaria y en el ámbito sanitario, en La Rioja y en cualquier lugar del mundo, es que en última instancia nuestros profesionales sanitarios puedan realizar su trabajo en las mejores condiciones de seguridad y tranquilidad posibles; y por qué no, incluso de confortabilidad. Yo así lo siento. Cuando veo a un paciente que entra en nuestro hospital o en cualquier centro del sistema sanitario pretendo que pueda ser atendido como se merece.

En este sentido, es imprescindible que el Servicio de Seguridad garantice en la mayor medida posible un entorno de tranquilidad y seguridad que permita que tanto el profesional como el paciente puedan centrarse en lo realmente importante: la salud.

«La fluidez en nuestra comunicación con las FCS se ha potenciado a partir de la creación de la figura del interlocutor policial sanitario»

Para ello es indispensable afrontar de forma permanente todas aquellas amenazas y riesgos que puedan perturbar dicho contexto: desde un pequeño hurto hasta situaciones de emergencia que puedan afectar en gran escala al hospital en su conjunto; pasando por uno de los mayores males que hoy día tenemos en el ámbito sanitario, y que no es otro que las agresiones a nuestros profesionales. Este perjuicio debe ser erradicado, por lo que trabajamos directamente coordinados con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y muy particularmente con los interlocutores policiales sanitarios.

Otro gran reto de las instituciones no solo sanitarias, sino de cualquier tipo, es la evolución de las tecnologías y su eficaz y eficiente integración e implementación en las estructuras de seguridad. La tecnología se desarrolla y evoluciona hacia conceptos que no imaginábamos hace unos pocos años: la sinopsis de vídeo, el reconocimiento biométrico y otros muchos que cada vez están más presentes suponen una integración y, en gran cantidad de casos, una evolución de la propia infraestructura que los va a soportar. Pero esto debe hacerse con una clara perspectiva de futuro, garantizando la eficacia de dichas infraestructuras durante un largo periodo de tiempo dado el elevado coste que tiene acometer dichos cambios.

Un director de seguridad es claramente un gestor de la seguridad, buscando siempre el equilibrio entre los niveles de seguridad necesarios o deseados y el propio coste de los mismos.

La entrevista completa estará disponible en el próximo número de Seguritecnia.