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60 SEGURITECNIA Diciembre 2013 Artículo Técnico Los micro y mini UAV son los más pe- queños; pueden pesar entre 100 gra- mos y 30 kilos y vuelan a baja altitud (por debajo de 300 metros). Su diseño está optimizado para moverse en las calles de una ciudad o, incluso, en el in- terior de edificios y suelen ir equipados con dispositivos de captura y grabación de audio y vídeo aunque también pue- den montar cámaras de infrarrojos, sen- sores térmicos u otro tipo de equipa- miento. Además, en un paso más de miniaturización, se están probando los conocidos como “nano drones” que tie- nen el tamaño de un insecto. Los drones tácticos son más pesados (entre 150 y 1.500 kilos), vuelan a una al- titud entre los tres mil y los 8.000 metros y pueden diferir bastante en su auto- nomía de vuelo. Se usan, fundamental- mente, en operaciones militares y los de mayor autonomía ( Medium Altitude Long Endurance - MALE-) usan tecnología más avanzada como conexiones vía satélite y, en algunos modelos, pueden perma- necer en el aire durante cuarenta ho- ras (pero un drone de la firma Lockheed Martin -denominado “Stalker”, esto es, “Acosador”- se puede recargar desde tierra usando un rayo laser, lo que abre la puerta a que, en el futuro, teórica- mente, un UAV pueda permanecer vo- lando indefinidamente) con un rango de actuación de 3.000 kilómetros y, además, tienen la posibilidad de montar misiles guiados con sistemas de precisión. Finalmente, los UAV estratégicos ( High Altitude Long Endurance - HALE-) son grandes y pesadas plataformas que pueden llegar hasta las doce toneladas y volar a una altitud máxima de 20.000 metros. Aunque su uso sigue siendo predominantemente militar también se utilizan en otros entornos como realiza- ción de mapas y observaciones atmos- féricas y terrestres (uno de los más co- nocidos es el “Helios”, operado por la NASA y que funciona con energía solar). En cualquier caso, no nos vamos a ocupar de las aplicaciones y usos mili- tares de los drones y nos centraremos en su utilización fuera de los teatros de guerra o de las operaciones militares. Vigilancia de infraestructuras Hay multitud de funciones para las que ya se utilizan UAV, entre las que se pueden mencionar, en una lista no ex- haustiva, las siguientes: control fronte- rizo, seguridad y vigilancia por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad; su- pervisión e inspección de infraestructu- ras, instalaciones industriales y agríco- las; comunicaciones y difusión de radio y televisión; gestión de la calidad del aire; gestión de recursos naturales y estudios ecológicos (por ejemplo, se están utili- zando para el seguimiento de los delfi- nes Maui, una especie en peligro de ex- tinción); meteorología; publicidad, ocio y entretenimiento. Pero también se usan en operaciones de salvamento y aten- ción a personas en situaciones de emer- gencia en zonas aisladas o tras catástro- fes naturales o, simplemente, para actuar en entornos peligrosos para un piloto, como por ejemplo, entre las cenizas pro- vocadas por un incendio o un volcán o en las cercanías de un accidente nuclear. Estos usos policiales, civiles y comer- ciales llevan aparejado que los UAV ya no solo vuelan en zonas de guerra o aisladas, sino que lo hacen en lugares en los que hay presencia humana, ya sea incidental o como objetivo directo de la acción de los drones y, por ello, su utilización plantea desde el origen la forma en que la misma puede afectar o invadir el derecho fundamental a la pro- tección de datos de las personas. E n una base aérea, en territorio de los Estados Unidos, un ve- terano piloto pasa su jornada de trabajo vigilando a la familia de un insurgente afgano. Cuando recibe la or- den, aprieta el gatillo y un insurgente muere a más de once mil kilómetros de distancia. Luego, se levanta de su ca- bina virtual, sube a su coche y se dirige a su casa para llevar a su hijo de diez años al entrenamiento de béisbol. Esta escena que puede parecernos de ciencia ficción, podría estar perfec- tamente sucediendo en estos momen- tos, ya que cada vez se recurre más a los Vehículos Aéreos No Tripulados ( Unmanned Aerial Vehicles - UAV-) o dro- nes para llevar a cabo operaciones mi- litares aéreas. De hecho, en los años 90 del siglo XX se predijo que la guerra de Yugoslavia sería la última en la que se usarían aviones tripulados y no parece que las predicciones estuvieran muy equivocadas. Algunas estimaciones hablan de que en los próximos años se fabricarán unos 35.000 drones en el mundo, siendo este uno de los segmentos de mayor creci- miento en la industria aeronáutica. En estos momentos, dos tercios de los mis- mos se producen en Estados Unidos e Israel y menos del diez por ciento en Europa. Y, cada vez más, estos aviones no tripulados se usan fuera de las zonas de conflicto para usos policiales, civiles y comerciales, lo que, indudablemente, suscita cuestiones y preocupaciones para la privacidad de las personas. Existen diferentes tipos de UAV que, habitualmente, se suelen distribuir en tres grandes categorías, dependiendo de su tamaño, de la carga que pue- den transportar y de su autonomía de vuelo: micro y mini UAV, tácticos y es- tratégicos. Emilio Aced Félez / Jefe de Área en la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) Drones: una nueva era de la vigilancia y de la privacidad

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