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SEGURITECNIA Diciembre 2013 61 Artículo Técnico Hasta ahora, la mayor preocupación por parte de las autoridades para au- torizar el uso de UAV ha sido la seguri- dad, tanto del espacio aéreo como de las personas sobre las que vuelan los drones, pues hemos de tener en cuenta que en entornos policiales o de con- trol de la seguridad pública, estos avio- nes no tripulados pueden tener la po- sibilidad de cargar botes de humo, lan- zadores de pelotas de goma o armas de fuego. O, en cualquier caso, simple- mente, tener un accidente que cause daños a personas, casas, vehículos, ár- boles o mobiliario urbano. Pero esta limitada perspectiva está empezando a cambiar: en mayo de 2012, por primera vez se regulaba el uso de UAV en Alemania a través de la Ley de Aviación (solo se autorizaban dro- nes de menos de veinticinco kilos y que no desaparecieran de la línea de visión del operador), pero en la misma no se incluía ninguna previsión sobre protec- ción de datos personales o de salva- guardia de la privacidad. Esta deficiencia se subsanó al poco tiempo a través de una modificación le- gislativa introducida tras la intervención del Comisionado Federal de Protección de Datos que puso de manifiesto las implicaciones para la privacidad del uso de drones y que consiguió que, al me- nos, se introdujera una mención gene- ral estableciendo que las organizacio- nes que utilizaran aviones no tripulados deberían de tener en cuenta las impli- caciones para la privacidad. El Comisio- nado Federal de Protección de Datos ya ha anunciado que supervisará de cerca la evolución de la aplicación de la ley. Imágenes extremadamente nítidas Las implicaciones para la privacidad de las personas en el uso de drones son obvias. Para llevar a cabo sus funciones de observación, supervisión y vigilan- cia, todos los UAV comerciales o policia- les van equipados con cámaras de te- levisión que producen imágenes extre- madamente nítidas y, en muchos casos, también cuentan con sensibles equi- pos de grabación de sonido e, incluso, con cámaras de infrarrojos o sistemas de interceptación de las comunicacio- nes móviles. Además, también pueden ir equipados con dispositivos que “ven dentro de los muros” como detectores térmicos que tienen la posibilidad de ser utilizados para monitorizar personas en sus casas o lugares de trabajo. A este respecto, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, ya en 2001, en el caso “ Kyllo v United States ”, sostuvo que el uso de un dispositivo de imágenes termales desde un punto de vigilan- cia público para monitorizar las radia- ciones de calor de la casa de una per- sona constituía un “registro” en los tér- minos de la constitución de aquel país y, por lo tanto, requería una orden ju- dicial para poder llevarse a cabo. Y ello por contraposición a otros casos en los que dicha autorización judicial no se había considerado necesaria ya que la vigilancia se había llevado a cabo, por ejemplo, utilizando cámaras para filmar el patio trasero de una vivienda para detectar plantaciones de marihuana, puesto que las “expectativas de priva- cidad” (concepto angular en la doctrina americana y anglosajona en general) eran completamente diferentes. Igualmente, además de los dispositi- vos de vigilancia mencionados, los dro- nes pueden operar utilizando una gran variedad de programas y aplicaciones in- formáticas que pueden expandir en gran medida sus posibilidades de vigilancia. En concreto, ya es posible equiparles con herramientas de reconocimiento facial o biométrico en tiempo real lo que hace posible sin demasiadas complicaciones monitorizar y seguir individuos basán- dose en determinados parámetros tales como altura, edad, sexo o raza, con las implicaciones para la privacidad y los po- tenciales riesgos de discriminación que conlleva, por no mencionar los riesgos de posibles falsos positivos en la identifi- cación de las personas. Uno de los aspectos más importantes del uso de drones es su invisibilidad. Un pequeño avión no tripulado volando a cientos o miles de metros de altitud pasa completamente desapercibido y sus cámaras y dispositivos de grabación y rastreo pueden filmar y fotografiar prácticamente cualquier cosa y a cual- quier persona sin que nadie sea cons- ciente de ello. Por este motivo, el po- tencial para el abuso de esta tecnología es tremendo y, actualmente, descono- cido. Podría ser utilizado por criminales, voyeurs o personas sin escrúpulos para fisgonear dentro de los domicilios de sus víctimas sin que éstas tuvieran ni la más mínima indicación de que estaban siendo sometidos a dicha vigilancia. Otro aspecto muy relevante, que ha sido puesto de manifiesto en un tra- bajo de Todd Humphrey, profesor de la Universidad de Texas, son los posi- bles problemas de seguridad deriva- dos de la capacidad de interferir con En la imagen se puede observar uno de los drones utilizados recientemente en algunas de las misiones internacionales de Estados Unidos.

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