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18 SEGURITECNIA Octubre 2018 Seguridad en Museos La institución ha invertido además recientemente cerca de 200.000 euros en la implantación nuevas tecnologías como cámaras con análisis inteligente de vídeo, visión cenital, conteo de visitantes o búsqueda de personas. Asimismo, los tres años de elaboración del plan de sal- vaguarda se han aprovechado para digi- talizar por completo el centro de control (donde trabaja personal de seguridad to- dos los días de la semana durante las 24 horas) mediante pantallas panorámicas, un sistema de gestión, migración de ser- vidores, central de alarmas… Los recursos preventivos para la pro- tección contra incendios son otro de los puntos sólidos del museo donde “la carga de fuego es mínima”, asegura Molina. Existen “puertas cortafuegos en cada sala, suelos de mármol travertino, no hay estores ni cortinas, y las pocas te- las de la galería son ignífugas, al igual que el estuco con el que se han pintado las paredes o la pintura de los bancos”, enumera este profesional. La nueva central antiincendios per- mite que todos los elementos de protec- ción contra el fuego estén conectados y automatizados, como es el caso de las puertas cortafuego o los detectores. Gracias al plan de evacuación, unido a las mejoras tecnológicas que ha llevado a cabo, el Museo Thyssen es hoy una ins- titución más segura. Todo para que ca- tástrofes como la sufrida recientemente en el Museo de Río no tengan réplica en la emblemática pinacoteca madrileña. S alerta si captan la presencia de alguno de estos agentes letales en el ambiente. “En el momento en que se produjera un incidente de este tipo, el sistema de- tectaría el elemento, lo analizaría y nos diría con un porcentaje muy elevado de acierto de qué se trata. Entonces, el pro- tocolo se activaría y la climatización se detendría, se sectorizaría la zona, etc.”, explica el responsable de seguridad del Thyssen. Simultáneamente, tanto bom- beros, como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o la Unidad Militar de Emer- gencias se pondrían en alerta para in- tervenir de manera coordinada para atender la situación. Esta tecnología no evita el atentado, ni es capaz de detenerlo como tal, sin em- bargo, como señala Molina: “la ventaja es que lo detectaríamos en cuanto vié- ramos síntomas en las personas, y eso nos permitiría ganar tiempo para la eva- cuación del edificio y dar la alerta”. Es decir, facilita una rápida reacción, que es crucial en una situación donde cada segundo cuenta para salvar la vida de quienes se encuentren en el edificio. Museo reforzado Gracias a este proyecto, el Museo Thys- sen es hoy uno de los más seguros. El centro ha contado siempre con medi- das de protección que ha renovado con el paso del tiempo; sin embargo, este Plan de Protección, Conservación y Ca- talogación ante Emergencias le ha per- mitido dar un paso más. Plan Nacional de Emergencias y Gestión de Riesgos en Patrimonio Cultural es- tablece mecanismos de cooperación y participación a escala nacional, autonó- mica y local. Medidas consideradas por el propio documento como “fundamen- tales” para la eficacia operativa. “Es importante que estas iniciativas tengan su reflejo en la sociedad y otras instituciones museísticas”, menciona Molina, que añade: “vamos a estable- cer relaciones con diferentes institucio- nes de la zona para que, en caso de te- ner que evacuar por una emergencia, podamos contar con depósitos tempo- rales de obras y saber qué disponibili- dad tenemos para ello”. En definitiva, as- pira a establecer una “colaboración recí- proca” entre entidades para favorecer la respuesta si surge la necesidad. El Museo Nacional Thyssen-Borne- misza forma parte también de la Mesa Técnica de Planes de Salvaguarda, orga- nizada por la Dirección General de Be- llas Artes. En ella están representados el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid, la Delegación del Gobierno, Bomberos, SAMUR, Protección Civil, Po- licía Nacional, Guardia Civil, Policía Local de Madrid y la Unidad Militar de Emer- gencias. La respuesta conjunta y coordi- nada de todas estas instituciones es otro de los pilares del proyecto. Será impres- cindible pues, sin duda, la acción con- junta es imprescindible para garantizar el éxito. Protección NRBQ La necesidad de activar este plan puede venir de múltiples causas –como un in- cendio, una inundación, un atentado, etc.–, pero al Museo Thyssen le pre- ocupa especialmente la amenaza del te- rrorismo, una hidra de mil cabezas que se manifiesta de muchas maneras. Una de las más temidas sería un ataque de tipo nuclear, radiológico, biológico o quí- mico (NRBQ). De ahí que la pinacoteca haya puesto en marcha un protocolo paralelo al plan de salvaguarda llamado Programa Escudo, una iniciativa del Mi- nisterio de Defensa. Desde este año, el Thyssen cuenta con detectores NRBQ que darían la Las puertas cortafuegos sectorizan todas las salas de la pinacoteca.

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