Seguritecnia 475

SEGURITECNIA Mayo 2020 55 Opinión en un centro residencial protegido con rociadores automáticos y detección de humos, el riesgo de muerte en caso de incendio se reduce en más de un 80 por ciento frente al mismo caso sin es- tos sistemas instalados. A pesar de que los rociadores auto- máticos se basan en una tecnología con siglo y medio de experiencia de probada eficacia, y que mantienen su principio básico de funcionamiento con una mejora continua de los materiales que hace que su eficacia y rendimiento sean mejores cada año, no se consigue una legislación obligatoria que exija su instalación en riesgos donde el fin úl- timo sea la protección de vidas. El rociador automático es un ele- mento ampliamente legislado y de uso estándar en instalaciones industriales para la protección de los procesos pro- ductivos y de almacenamiento. Tam- bién es requerido en centros comer- ciales y oficinas, tanto por la legislación como por las principales compañías de seguros. Está mundialmente reco- nocido que los sistemas de rociadores automáticos son la mejor opción para proteger los bienes económicos, pero en pocos países se ha legislado para exigirlos en la prevención de la pér- dida de vidas. En la gran mayoría de los países, ni gobiernos, ni compañías de seguros han tomado conciencia de la cantidad de vidas que se salvarían con una inversión tan pequeña. En el caso que nos ocupa, la protec- ción contra incendios en las residencias de ancianos es, sin duda, la única op- ción para asegurar su supervivencia y salvaguardar las pertenencias ante un incendio. Así, en estos tiempos en los que la pandemia ha castigado sobremanera a las residencias, y es posible que más de un centro geriátrico tenga que ha- cer una revisión y modificación de sus instalaciones, recomendamos que contemplen la instalación, por parte de un instalador competente, de un sistema de rociadores automáticos. Además de proteger las vidas de los residentes, dará valor al centro apor- tando calidad y seguridad. gente. En una residencia de ancianos, la instalación de rociadores requerirá de un depósito y un pequeño grupo de bombeo para presurizar la red de tu- berías y abastecer a los rociadores. La alarma generada por la activación de un rociador puede ser transmitida al personal del centro y a los servicios de emergencia. Los rociadores automáti- cos son, indudablemente, el mejor sis- tema de protección contra incendios para el control de un fuego, pudiendo llegar a extinguirlo tras la apertura de uno o dos dispositivos. Movilidad reducida Una instalación de rociadores automá- ticos es el sistema con más capacidad de salvar vidas en caso de incendio, in- cluso en el caso de que personas con capacidad reducida de movimiento o reacción. En la actualidad, debido a los mate- riales de construcción y la composi- ción de mobiliario y otros enseres, el tiempo medio necesario para escapar de un recinto en el que hay un incen- dio es de tres minutos. Es por ello que resulta necesaria la instalación con- junta de los dos sistemas: detección y rociadores. Juntos consiguen adelan- tar tanto la reacción inicial de escape y/o intento de control por medios ma- nuales (extintor o manguera), como el control automático del fuego, aumen- tando con ello el tiempo disponible para poder evacuar. Estadísticamente, tema que, sin intervención humana, avisa de la presencia de fuego a los in- quilinos. En viviendas, la solución de detección más económica son los de- tectores autónomos. Se instalan en to- das las dependencias y solo precisan de una batería para su funcionamiento, aunque la alarma es individual de cada detector y no puede transmitirse. Otra opción, más común en la pro- tección de edificios completos como centros geriátricos, es la instalación de detectores de humo conectados a una central de detección. Esta medida, aun- que más costosa, aporta la gran ven- taja de poder transmitir la alarma tanto al resto de ocupantes, como al personal del centro y servicio de emergencias. Al contar con este tipo de instalación, se acorta el tiempo de actuación para des- alojar, se reduce el tiempo de respuesta de la ayuda y disminuye las probabilida- des de que el incendio cause víctimas. Los rociadores automáticos son sen- sores mecánicos de temperatura que se instalan en el techo o las paredes, co- nectados a una red de tuberías presuri- zadas, y son capaces de detectar un in- cendio y descargar agua sobre la zona afectada. Con ello, se consigue una de- tección térmica, con su alarma asociada, y el control del foco de incendio sin ne- cesidad de intervención humana. Al igual que los detectores de humo, se deben instalar en todas las estancias por profesionales acreditados, y man- tenerse de acuerdo a la normativa vi-

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