Seguritecnia 475

54 SEGURITECNIA Mayo 2020 Opinión E n las circunstancias más favo- rables, un incendio es una si- tuación de alto riesgo e in- certidumbre para aquellos que se en- cuentren en la zona afectada o están próximos a ella. Incluso en pequeños incendios, el humo dificulta respirar con normalidad y ver por dónde debemos ir para escapa; el calor puede ser intenso y podemos sufrir un alto nivel de estrés y ansiedad que provoque reacciones tanto de histeria como de parálisis. En el caso de los ancianos que vivan en su casa o en una residencia, las cir- cunstancias rara vez son favorables. La gran mayoría de las personas mayores que residen en sus viviendas lo hacen solas o con un único acompañante, nor- malmente también de edad avanzada. En el caso de las residencias, la ratio de personas mayores y trabajadores suele ser muy bajo, por lo que una evacua- ción rápida y controlada es muy compli- cada. Si a ello le sumamos factores como la falta de movilidad, la lucidez, los acce- sos, la formación, la experiencia ante un incendio o la velocidad de actuación, el cóctel resultante puede ser aterrador. Por todo ello, los lugares donde habi- tan o pasan gran parte de su tiempo las personas mayores tienen un riesgo mu- cho más elevado para la vida que casi cualquier otro tipo de edificio habita- cional. Solo hospitales y residencias de enfermos con necesidades especiales estarían a la par o por encima. Ante un incendio, hay ciertos facto- res que marcan la diferencia entre salir o no con vida. El primero es la velocidad de actuación; el segundo, asegurarse de que el incendio se controla y no se expande. Seguidamente, encontraría- mos otros factores como los materia- les (tanto de la construcción del edificio como de los artículos que se encuen- tran en su interior), las vías de evacua- ción libres de obstáculos, la formación en el manejo de los medios manuales contra incendios, etcétera. Tenemos que tener en cuenta que el desalojo total de este tipo de edificios es muy complicado debido a la movi- lidad reducida de sus inquilinos y los cuadros de enfermedades cognitivas que normalmente se ven asociados a la edad avanzada. Dichas circunstancias hacen que la instalación de sistemas de detección y control de incendios sean la única posibilidad de garantizar la segu- ridad de nuestros mayores. Detectores y rociadores De todos los sistemas de protección contra incendios disponibles en el mer- cado, la instalación conjunta de detec- tores de humo y rociadores automáti- cos es la que presenta las mayores ven- tajas como solución integral. Gracias a los detectores de humo, se genera una alarma por la presencia de las partículas originadas por la combus- tión en la estancia donde estén insta- lados. Son equipos de la máxima fiabi- lidad, siempre que estén instalados y mantenidos adecuadamente. Es un sis- Luis Rodríguez Coordinador del Comité de Ingeniería, Instalación y Mantenimiento de Sistemas de Protección Activa de TECNIFUEGO Rociadores automáticos en residencias de ancianos: seguridad frente a incendios

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