Seguritecnia 499

/ Enero-Febrero 2023 100 Seguridad en Museos U na obra de arte es un ob- jeto único e irrepetible y, por tanto, muy singular, testimonio de nuestro pa- sado y documento del proceso evolutivo y quehacer de la humanidad a lo largo de la historia. Pero es, además, y sobre todo, un conglomerado de materiales de gran fragilidad que sobreviven en un equilibrio inestable con el ambiente que les rodea. Por esta razón, los esfuerzos de los museos están encaminados, desde hace un tiempo, a la conservación preventiva; es decir, al estudio de la incidencia que el entorno ejerce sobre dichos objetos para prevenir en lo po- sible los efectos nocivos, responsables de las reacciones de degradación. Dentro de esta política de prevención se contemplan todos los factores pre- sentes, incluyendo aquellos derivados de las condiciones medioambientales o contaminantes, y también el incendio que, por su capacidad devastadora, es quizás uno de los más importantes. Por ejemplo, la temperatura es un parámetro fuertemente dependiente del incendio. A los 80 grados centígra- dos, los materiales que forman la capa pictórica empiezan a reblandecerse, se vuelven inestables y empiezan a des- componerse. A partir de 140, los daños son irreversibles. Este proceso de iden- tificación de peligros es, de hecho, la primera fase de una evaluación de ries- gos (el análisis). En una segunda fase se analizará tanto la probabilidad como el daño asociado a cada riesgo identificado, lo cual permite lograr una cuantificación. Existen distintas metodologías que per- miten hacer este tipo de evaluación. Medidas de prevención Una vez cuantificado el riesgo, en fun- ción de la gravedad del mismo, puede ser necesario implementar medidas para reducirlo. Esta reducción implica actuar bien sobre la probabilidad de que ocurra el riego o bien sobre el daño previsto. En el primer caso se establecerán medidas preventivas; en el segundo, habrá que actuar directamente en la implementa- ción de medidas que permitan reducir el daño previsto. Entre las medidas preventivas se encuentran las organizativas, estable- ciendo, por parte del responsable de seguridad del edificio, los protocolos necesarios para minimizar riesgos. Por ejemplo, la implantación de un permiso de fuego para los casos en los que sea necesario realizar trabajos de corte y/o soldadura, la frecuencia de las rondas de los vigilantes, los aspectos a compro- bar durante estas rondas, la vigencia de los mantenimientos de sistemas de pro- tección contra incendios, etcétera. Otro aspecto importante en este ámbi- to es la prevención de incendios durante el transporte de las obras de arte, algo que hay que tener muy en cuenta dado que es cada vez más habitual el présta- mo de colecciones entre museos. Hay que utilizar embalajes apropiados, en cajas que no solo sean ignífugas, sino que sean capaces de proporcionar ais- lamiento térmico, estanquidad al agua y estabilidad en las condiciones climá- ticas dentro de la caja. Además, se po- drían plantear medidas específicas en la caja del camión o contenedor que trans- porta las obras de arte, como detección automática de incendios y un sistema de extinción automático. Es necesario establecer un plan de salvamento de las obras de arte que comience por crear un catálogo de prioridades La seguridad contra incendios en los museos M iguel V idueira D irector T écnico de C epreven

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