Seguritecnia 499

Seguridad en Museos Catálogo de prioridades En cuanto a la minimización de daños, es necesario establecer un plan de sal- vamento de las obras de arte, el cual comienza por establecer un catálogo de prioridades. Lamentablemente, en caso de incendio en un museo o edificio histórico, el tiempo con el que se cuen- ta para poder realizar un salvamento de las obras con seguridad para el personal involucrado es limitado, por lo que hay que establecer una prioridad. Un siste- ma de clasificación puede ser: Prioridad A: artículos de valor patri- monial internacional. Este grupo esta- rá constituido por un conjunto mínimo de obras que han de ser las primeras en evacuar por su significación históri- ca o valor artístico. Prioridad B: artículos de valor nacio- nal que son importantes para explicar la historia del edificio o sus ocupantes. También se compondrá de un reduci- do número de piezas. Prioridad C: artículos que pueden ser difíciles de sustituir. Sin clasificar: por razones de su re- lativa falta de importancia o porque puedan ser demasiado difíciles de transportar, pesados o grandes para pasar por ventanas o puertas. Para cada uno de los artículos en esta lista se establecerán las vías posibles de evacuación, dónde está situado el arma- rio que contiene el material de seguridad preciso para la actuación y evacuación, a qué lugar hay que llevar los objetos du- rante la incidencia y quién es el encarga- do de hacerlo. Por ejemplo, una primera actuación previa a la evacuación es la protección de la obra con plástico (fren- te a agua de los sistemas de extinción, humo…) o con una manta ignífuga (fue- go). Las indicaciones más importantes vinculadas a esta priorización pueden estar marcadas en una etiqueta con un color asociado a la prioridad al lado de la obra expuesta o sobre la caja en la que se guarda en el almacén. Caso de incendio También se puede minimizar el daño me- diante la implantación de sistemas de se- guridad contra incendios. Una detección automática del tipo adecuado puede ayu- dar a iniciar las labores de intervención y salvamento con precocidad. Para la selección del sistema de detección, debe seguirse la máxima general de que la tec- nología de detección ha de ser adecuada al tipo de incendio esperable. La mayo- ría de incendios de materiales sólidos, y el caso de las obras de arte no es una excepción, tienen una evolución lenta al principio, con emisión de humos y gases que se pueden detectar con sensores de humo. Otras tecnologías, como la detec- ción térmica o detección de llama, darían lugar a una detección más tardía. En cuanto a los sistemas de extinción, su implantación debe ser objeto de un análisis que considere tanto las carac- terísticas del incendio esperable como los posibles daños colaterales que el sistema de extinción produzca sobre las obras. Es evidente que un mismo agente extintor tendría diferentes efectos sobre una escultura y sobre una obra pictó- rica. Por ejemplo, los gases producen descensos súbitos de humedad y tem- peratura, el polvo puede tener efectos corrosivos y el agua producirá la dilución de algunas técnicas pictóricas y puede causar cambios dimensionales por hin- chazón de maderas y telas. En definitiva, la elección del sistema de extinción supone un compromiso entre las ventajas directas de controlar o extinguir el incendio y los posibles da- ños colaterales a las obras de arte que se pretende proteger. En este sentido, habría que respetar las siguientes reglas: No se puede implantar un sistema sin previa autorización de Conservación- Restauración. Se ha de evaluar la correlación entre protección y posibles daños. La posibilidad de un daño ha de eva- luarse en laboratorios especializados para decidir si es asumible el tiempo de reacción antes de ser irreversible, la forma de subsanación, el método de recuperación, las consecuencias finales, etcétera. / Enero-Febrero 2023 101

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