Seguritecnia 499

/ Enero-Febrero 2023 96 Seguridad en Museos de mantenerla aislada del exterior, sin ninguna conexión directa a Internet. Esto complica los soportes técnicos de estos sistemas, y para ocasiones muy concre- tas abrimos nuestra red de manera con- trolada, intercalando firewall y puertas de enlace controladas. Asimismo, cuida- mos el uso de pen drives con una estricta política de uso de los mismos, utilizando siempre dispositivos exclusivos para esta labor y que no salen al exterior. El sistema informático general del museo está controlado desde el Depar- tamento de Informática, manteniendo una relación estrecha y permanente con nuestro Departamento de Seguridad. En este caso las amenazas que se con- templan pasan desde un simple ataque mediante spam por correo electrónico hasta ataques a gran escala. Otras amenazas contempladas son el phishing , el malware , ataques a gran es- cala que pueden bloquear el servicio... Actos de vandalismo como los que hemos visto en los últimos meses evi- dencian lo complejo de evitar que, en algún momento, las obras puedan su- frir una agresión. No obstante, ¿cómo equilibra el museo la balanza entre mejorar la experiencia del visitante al centro y la seguridad de las obras de arte? Para conseguir ese equilibrio tenemos que reparar en tres elementos a ba- lancear, como son: el bienestar de los visitantes para que las medidas de se- guridad no incomoden demasiado sin generar agobio o rechazo, la posibilidad de disfrute de las obras de arte con las menores restricciones y la mayor cerca- nía, y garantizar la seguridad e integri- dad de las obras de arte. Afortunadamente, los museos recibi- mos visitantes que desean disfrutar de las obras de arte y para ello es indispen- sable exponerlas y asumir un riesgo. El caso concreto de los actos vandálicos sobre las obras nos ha obligado a re- flexionar y analizar nuestros sistemas y protocolos. Éramos conscientes de la existencia de esta amenaza y estaba contemplada en nuestro análisis de ries- gos, pero la realidad o la materialización de esta nos ha obligado a reforzar pro- cedimientos, aumentar los controles, ser más disuasorios... Y todo ello sabiendo que es prácticamente imposible eliminar la amenaza y que esta se materialice. Hemos tenido que dirigir nuestros es- fuerzos a la respuesta, trabajando para que esta sea rápida, eficaz y lo más res- iliente posible. ¿Cómo abordan el diálogo que ha de existir entre los comisarios de las ex- posiciones, los artistas y demás profe- sionales del arte, con el responsable de seguridad? Una de las claves para lograr el equilibrio es el diálogo con los equipos artísticos. Desde el Departamento de Seguridad siempre hemos entendido y defendido que la seguridad de las obras de arte co- mienza con el diseño de la exposición; es decir, que comisarios, curators , dise- ñadores y demás profesionales del arte, vean que la seguridad de las obras no arranca cuando se inaugura una expo- sición, sino que lo hace y debe ir unida desde el diseño de la exposición. Lógica- mente, esto es una cuestión muy com- plicada de hacer ver a estos colectivos, cuyo objetivo a la hora de programar y llevar a cabo una exposición es buscar la excelencia en la presentación de las obras y la libertad de acción. Cabe destacar que el Museo Guggen- heim de Bilbao, desde sus inicios, ha ido de la mano de los departamentos artísti- cos. Una relación que ha ido aumentan- do con el paso de los años, de manera que hoy existe una total integración del Departamento de Seguridad en todo el proceso de diseño, montaje e instala- ción de las obras. Cada exposición es un proyecto, lide- rado por la coordinación de exposicio- nes, que integra a todos los colectivos y departamentos implicados, compartien- do información, realizando reuniones, coordinando tareas, etc., con meses de antelación a la inauguración. Esta rela- ción no finaliza con la inauguración, sino que cambia de escenario y se mantiene

RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz