Sonsoles Navas Jefa de SeguridadMuseos Estatales

“Es muy poco probable que en los museos estatales ocurra un suceso como el de Brasil”

Seguridad en museos estatales.

Benjamin Núñez González.

Sonsoles Navas no es de aparecer en las fotografías, pero eso no quita para que sea una de las caras de la seguridad más conocidas entre las instituciones culturales españolas. Bajo su responsabilidad está la protección de nada menos que las 16 pinacotecas que gestiona la Subdirección General de Museos Estatales, perteneciente al Ministerio de Cultura y Deporte. Y como ella dice, “cada uno [de estos centros] posee unas características particulares que les hace únicos”, tanto por el arte que contienen sus paredes como por las medidas de salvaguarda que necesitan. Por tanto, se trata de una ingente y complicada tarea en la que Navas trabaja desde hace más de siete años y gracias a la cual hoy los museos del Estado son seguros.

Usted es responsable de seguridad de más de una quincena de museos pertenecientes al Estado. ¿Cuáles son los principales mecanismos a través de los que organizan la seguridad de todos ellos?

Los museos estatales de gestión directa de la  Subdirección General de Museos Estatales, para la que trabajo, son 16: Arqueológico Nacional, Cerralbo, de América, del Traje, Nacional de Antropología, Sorolla, Nacional de Artes Decorativas, Nacional del Romanticismo, Nacional de Arqueología Subacuática-ARQVA de Cartagena, Nacional de Arte Romano de Mérida, Nacional de Cerámica de Valencia, Sefardí de Toledo, Greco de Toledo, Casa de Cervantes de Valladolid, Nacional de Escultura de Valladolid y Altamira de Cantabria. Además de estos, desde mi servicio se lleva la seguridad del edificio de Tabacalera, como centro de promoción de las bellas artes.

Cada uno de ellos posee unas características particulares que les hace únicos y que requiere de organización y protocolos distintos para dar cobertura a las necesidades de seguridad, tanto del edificio que contiene las obras de arte, como de esas mismas obras. Por ejemplo, no es lo mismo la organización de la seguridad implantada en el Museo Arqueológico Nacional que la que se lleva a cabo en el Museo Sefardí, ni por localización ni por contenido del museo o características del inmueble.

¿A qué aspectos de la seguridad de estos museos destinan mayor cantidad de recursos?

Si hablamos de recursos tenemos que hablar de presupuesto y en ese caso tenemos que decir que los créditos están muy ajustados, por lo que buscamos la mayor eficiencia en la utilización de los mismos. Aunque todos los museos mantienen un estándar, como decía antes, cada uno de los museos requiere una atención especial.

Hemos visto recientemente los efectos del fuego en el Museo Nacional de Río, en Brasil. ¿Podría suceder esto en un museo español o estamos suficientemente avanzados en materia de PCI?

De todos es sabido que el riesgo cero no existe. Contra el riesgo de incendio es imprescindible, además de legalmente obligatorio, mantener los sistemas de prevención de óptimas condiciones. En la actualidad los museos estatales cuentan con las infraestructuras necesarias y con los profesionales adecuados para minimizar dicho riesgo, resultando muy poco probable un suceso como el acontecido en Brasil. Sin embargo, los incendios se producen, y en el caso de los museos el impacto causado en la sociedad es especialmente significativo: se pierden las raíces, la historia, el arte… Es decir, todo aquello que caracteriza la grandeza de una sociedad.

¿Cómo han evolucionado la seguridad de los museos del Estado en los últimos años, no solo en los aspectos técnicos y organizativos, sino también en cuanto a su importancia para la gerencia?

Los museos custodian una parte de la cultura del país y la transmiten a las generaciones venideras. Para lograrlo, tienen la necesidad de adaptarse a las características y condiciones cambiantes del momento. Por tanto, los museos, al igual que el resto de las organizaciones, no tienen más remedio que incorporar los procedimientos de seguridad actualizados, aunque de manera muy particular y singularizada, y adaptados a sus necesidades. El entorno ha hecho que los museos incorporen a su funcionamiento diario aquellas prácticas de seguridad que la normativa impone y que se tramitan y coordinan desde la unidad competente.

¿Cree que la inversión de los museos en su seguridad es suficiente actualmente como para estar satisfechos?

Como en cualquier aspecto de gestión de la Administración Pública, tenemos muy presentes los horizontes de eficacia y eficiencia necesarios para la consecución de los objetivos. Siempre procuramos trabajar en espacios de mejora que optimicen los resultados.

En un museo existe multitud de profesionales (restauradores, comisarios de exposiciones, artistas…) con sensibilidades e ideas diferentes en cuanto a las exposiciones, lo que a veces choca con la seguridad. ¿Cuáles son las claves para que entiendan que ésta es una necesidad por encima de esas sensibilidades?

Cuando se realiza un proyecto de museografía, ya se prevé dónde y cómo se encuentran los elementos de los distintos sistemas de seguridad instalados, de manera que puedan compaginarse sin que se superpongan o interfieran los unos con los otros. De esta manera, la relación entre los distintos profesionales es siempre de colaboración e intercambio de ideas.

Cuando de lo que se trata es del diseño de una exposición temporal, las salas que van a albergar las colecciones son revisadas desde el punto de vista de la seguridad, para comprobar que los diseños previstos tampoco interfieren y, en su caso, proceder a complementar las medidas necesarias.

En cualquiera de las situaciones anteriores, los profesionales de los museos entienden la necesidad de que la seguridad esté presente y forme parte de la infraestructura de la exposición.

¿Hasta qué punto avanza España en la protección del arte gracias al Plan Nacional de Emergencias y Gestión de Riesgos en Patrimonio Cultural?

Hacer una estimación de hasta qué punto avanza España en la protección del arte es una valoración muy ambiciosa y no creo que me corresponda. A mi nivel puedo indicar que los 16 museos de mi competencia tienen catalogadas todas sus colecciones y se trabaja en el estudio correspondiente en el plan de evacuación de obras de arte.

No obstante lo anterior, hay que señalar que solo una parte del patrimonio cultural del país se encuentra en los museos. Por toda la geografía hay distribuidos multitud de yacimientos arqueológicos, iglesias y construcciones monumentales a los que no siempre es posible prestarles la debida atención, por su número elevado y su dispersión geográfica, muchas veces en zonas despobladas.

Como señala, España cuenta con un ingente patrimonio histórico que en muchas ocasiones escapa al control del Estado. ¿Se puede hacer algo para proteger aun así todo ese arte disperso?

Aunque la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español sienta las bases en nuestro ordenamiento jurídico para establecer qué es y cómo se articula la protección del patrimonio en España, éste es enorme y, como decía, no solo se encuentra en los museos o es competencia del Estado.

Para darnos cuenta de ello solo hace falta aportar algunos datos sobre los museos: según la “Estadística de Museos y Colecciones Museográficas 2016” publicada por el Ministerio de Educación Cultura y Deporte, hay algo más de 1.500 instituciones museísticas censadas, de las cuales el 70,8 por ciento son de titularidad pública, el 27 por ciento de titularidad privada y el 2,2 por ciento de titularidad mixta.

Dentro de los de titularidad pública, llama la atención que más del 47 por ciento es de titularidad de la administración local. También hay que señalar que dentro de los privados, el 9,7 por ciento corresponde a la Iglesia.

La nueva Ley de Seguridad Privada incluye a los museos como sujetos obligados a contar con medidas de protección. ¿En qué cuestiones cree que debe avanzar el futuro Reglamento de Seguridad Privada?

Como indicaba antes, la titularidad y la gestión de los museos en España es dispar, como también lo son los contenidos que tienen cada uno de ellos y, quizá lo más importante, también la financiación con la que cuentan. Todos estos detalles deberían ser tenidos en consideración en el momento de fijar las medidas a implantar y los procedimientos con los que llevar a cabo algunas tareas.

Usted ha mencionado en varias ocasiones que es necesaria la formación y concienciación del personal de los museos y de las gerencias. ¿Cree que se ha avanzado en este sentido?

Refiriéndome siempre a los 16 museos de mi competencia, puedo decirle que el personal que trabaja en los museos tiene asumida la importancia de la seguridad y lo que ésta supone. Cuando se ha introducido cualquier procedimiento nuevo entre los procesos de trabajo en el museo, el personal afectado ha sido consultado e informado con anterioridad a la implantación, por lo que no se ha llegado a producir rechazo.