José Ramón Ferrandis, analista.
José Ramón Ferrandis Muñoz Analista Analista

Salida al exterior de la empresa española: impacto de las alteraciones geopolíticas

Perspectiva del globo terráqueo interconectado.

Durante décadas, la pax americana ha garantizado un marco estable de equilibrio dinámico en un entorno global apenas alterado por incesantes estallidos bélicos muy localizados espacialmente, epidemias de escaso alcance y profundidad y disrupciones financieras (dos de ellas, muy graves) que han sido superadas, no sin dificultades.

Ese período de hegemonía norteamericana ha llegado a su fin. El peso relativo del «hegemón» norteamericano se ha ido reduciendo frente al crecimiento vertiginoso en todo el mundo de rivales que, paradójicamente, han crecido merced a las condiciones posibilitadas por la victoria norteamericana en 1945 y 1991.

Factores contrapuestos

Los factores positivos que acompañaron el proceso de crecimiento del comercio internacional fueron de carácter institucional, por ejemplo la creación de amplias zonas de libre comercio como la Comunidad Económica Europea, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental; de carácter tecnológico con la generalización de Internet, la digitalización o el fracking; de carácter industrial, como la culminación de la segunda Revolución Industrial y la robotización; y, por último, de carácter social con la emergencia de enormes clases medias en Asia, fundamentalmente en China e India, desde una perspectiva numérica.

Los negativos han sido, sobre todo, la enorme concentración de poder económico y político en empresas y países (con especial mención de China), la interferencia de Naciones Unidas con sus agendas intervencionistas (Objetivos de Desarrollo del Milenio 2015 y Agenda 2030), las crisis financieras de 2008 y 2022 (esta última, consecuencia del cierre en falso de la primera), la pandemia china de 2019 (SARS-CoV-2), la ruptura de los canales comerciales internacionales y un suicida desarme energético en Occidente a caballo del llamado calentamiento global antropogénico, un engendro falso y disruptivo que constituye la mayor estafa de la Historia.

El colofón al cambio de entorno ha tenido lugar en 2022, con la invasión rusa de Ucrania, el consiguiente desorden energético, la inflación de costes adicional que le ha seguido y la difícil situación en China, que se revela como un riesgo geoestratégico global por su voluntad expansionista.

Banderas de países de todo el mundo. Inteligencia económica.

Inteligencia económica

La reacción de las áreas económicas ha sido comenzar a deslocalizar, cuando no a repatriar, inversiones productivas de empresas que alegremente habían desconsiderado los riesgos de concentrar sus actividades en un solo país. Además, la inflación ha sido consecuencia de las erróneas políticas financieras de los bancos centrales entre 2008 y 2020 y de la pérdida de valor de bolsas y deuda pública a la vez, una circunstancia muy extraordinaria.

La situación se revela difícil, pero las empresas deben seguir su andadura no solo en el mercado interior, sino en el internacional. Y es ahora cuando la inteligencia económica se revela en toda su necesidad.

Estamos hablando de analizar el riesgo que supone cada mercado potencial y de hacerlo desde todas las perspectivas posibles, de manera que el conocimiento que se derive de ese ejercicio sea exhaustivo con los medios que dispone cada cual.

Hagamos, en este sentido, un ejercicio de análisis por círculos concéntricos progresivamente mayores en un único plano: el comercial. Es bien sabido en el comercio reside el crecimiento de la riqueza de las sociedades, más allá de la supervivencia de los primeros momentos de su organización y de las estructuras aisladas y caducas.

En nuestros días entramos en una dinámica que está redimensionando el concepto de globalización que ha prevalecido desde 1991. No se mantiene este como tal, sino que se está reforzando un subconcepto basado en la seguridad de los suministros, referidos estos tanto a bienes intermedios como finales. Las enseñanzas de la ruptura de los canales de suministro experimentada en estos tres años, la pérdida de valor consiguiente, la obstaculización de la operativa en mercados que se ha producido como consecuencia y la dependencia extrema de países que condicionan política y estratégicamente a sus empresas ha provocado esta rápida reacción.

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