Mirna Rodríguez García, directora de Formación y Publicaciones de Cepreven
Mirna Rodríguez García Directora de Formación y Publicaciones Cepreven

Formación Profesional Dual: una apuesta por el futuro

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La Fundación Bertelsman define la Formación Profesional Dual como “una modalidad de Formación Profesional mixta, en la que el centro formativo y la empresa se corresponsabilizan de la formación del alumno. El centro impartirá los conocimientos teóricos necesarios y la empresa complementará con la formación práctica a través del trabajo de los alumnos en sus instalaciones”.

El anteproyecto de la futura Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional, cuya entrada en vigor está prevista para otoño de este año, integra la Formación Profesional del sistema educativo y la Formación Profesional para el empleo. A nuestro entender, el principal éxito de esta propuesta se centra en que toda la Formación Profesional, tanto de estudiantes como de trabajadores, se convierte en Formación Dual, por lo que la interacción con la empresa sería un elemento clave para la inserción laboral. Se espera que este paso establezca una oferta modular y flexible, más acorde a las exigencias del mercado laboral, las empresas y las necesidades de los estudiantes y trabajadores, aunque tendremos que esperar para ver si se alcanzan los resultados esperados.

Este proyecto de ley divide la Formación Profesional en dos tipos:

  • Formación Profesional de régimen dual general, con una duración de estancia en la empresa de entre el 25 y el 35 por ciento de la duración total de la formación ofertada, sin generar vinculación contractual con la empresa, ni remuneración económica.
  • Formación Profesional de régimen dual avanzado, con una duración de estancia en la empresa de entre el 35 y el 50 por ciento de la duración total de la formación. En este caso, esta modalidad formativa sí genera una relación contractual retribuida.

Formación Dual

La Formación Dual está considerada un sistema exitoso en la mayoría de los países de Europa, especialmente en Alemania, Suiza, Países Bajos, Bélgica y Francia, pues ofrece ventajas competitivas tanto a los alumnos y trabajadores como a las empresas. Sin embargo, este tipo de formación representa en España solo el 3 por ciento, frente al 60 por ciento de los países centroeuropeos, según datos de la Fundación Bertlesmann. Este pobre porcentaje, en comparación con nuestros vecinos, refleja la poca confianza en este modelo formativo, que en gran medida se debe a la poca visión de futuro de las diversas administraciones y las inversiones millonarias realizadas en épocas previas y destinadas a la Formación Profesional tradicional que, finalmente, han demostrado no solventar la problemática del desempleo. Esto ha motivado que las cualificaciones de nivel medio tengan muy poco prestigio y ha demostrado una nula comprensión del funcionamiento del tejido empresarial español, conformado en un 99 por ciento por pymes y micropymes.

Evidentemente, existen casos de éxito en la implantación de la Formación Dual, como el País Vasco, donde existe desde hace décadas una cultura de fomento de las prácticas en las empresas, estímulos a este tipo de formación como vía para la inserción laboral, incentivos económicos, colaboración con la administración educativa y los centros de formación profesional, y un entramado empresarial concienciado en la necesidad de ver la Formación Dual más como una inversión que como un gasto.

Sin embargo, es evidente que en nuestro país existe un divorcio entre la Formación Profesional y el mercado laboral. Esto ha dado como resultado, por un lado, una mano de obra barata y carente de la formación práctica apropiada para el desempeño de su trabajo, como es el caso de los becarios; y por otro, una sobrecualificación de personas que terminan formando parte de las colas del paro debido a que el tejido empresarial requiere profesionales de nivel medio o con oficios.

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Implicación de las empresas

La implicación de las empresas es esencial para que la Formación Profesional Dual se pueda implementar de forma eficaz. No obstante, es necesario estimular con ayudas financieras directas e indirectas a las empresas, considerando que los recursos de las pymes y micropymes son limitados y no se puede descargar toda la responsabilidad en ellas. La Administración tiene un papel clave en la coordinación entre los centros de formación y las empresas, ya que lo más importante es la efectividad. Por ejemplo, en Alemania, un 68 por ciento de los alumnos logran un empleo en la misma empresa en la que se ha formado. Por otra parte, no es solo que el alumno reciba la formación, sino que también pueda, en un corto plazo de tiempo, obtener un empleo.

Otro factor clave es la necesidad de disponer de itinerarios formativos homogéneos y procedimientos de interacción definidos por la Administración con los centros de formación. La dependencia de los procedimientos de la Administración, que en la mayoría de los casos funciona con lentitud y poca eficiencia, dificulta el proceso colaborativo entre estos y las empresas.

Considero que todos los entes involucrados en el éxito de la Formación Profesional Dual son conscientes de la necesidad de realizar mejoras y cambios. Esperemos que el nuevo proyecto de ley al respecto permita implantar un modelo más eficaz y útil, que contribuya a la creación de una fuerza productiva capacitada, al aumento del empleo y un salto en la competitividad de las empresas.