Los mejores consejos y tips para enfrentarte a unas oposiciones

Teletrabajo
Redacción

Estudiar unas oposiciones para hacerse con una plaza vitalicia como empleado del estado es una opción cada vez más demandada en el mercado laboral actual. Pese a que cada concurso público es un mundo con características propias, determinados consejos son elementales para lograr la codiciada plaza tras enfrentarte a las oposiciones correspondientes.

Todos los años cientos de miles de personas se presentan a un examen que podría cambiar su vida para siempre, en sectores públicos tan variados como seguridad, defensa, transporte, sanidad, ciberseguridad, infraestructuras y museos, por citar solo algunos. Este proceso exige años de atención a la convocatoria y largos meses de preparación. Requiere una dedicación intensiva y la capacidad para soportar la tensión durante un plazo de tiempo prolongado, por lo que los abandonos son frecuentes.

Los 5 mejores consejos para enfrentarte a unas oposiciones

1) Convocatoria oficial

En tanto que son concursos públicos, las oposiciones comparten determinadas características, como las pruebas consistentes en la elaboración de materias de un temario. Pero cada evaluación tiene sus propios requisitos y normas, expuestas en la correspondiente notificación oficial. No debes fiarte de cualquier sitio web que alegue tener información sobre tu oposición, ya que puedes cometer equivocaciones graves, incluso llegando a ser víctima de una ciberestafa. Si vas a enfrentarte a un proceso de selección tan arduo como unas oposiciones, el primero de nuestros consejos es que solo te fíes de la convocatoria pública dada a conocer en el sitio web oficial del organismo pertinente.

2) Plan de estudios

Una oposición es un proyecto a medio o largo plazo, que requiere un cuidadoso diseño cronológico. La administración comunica cada año su necesidad de nuevos empleados, que publica con el nombre de «Oferta de Empleo Público» en el Boletín Oficial correspondiente. Esto permite anticipar cada convocatoria con suficiente antelación, pudiendo elaborar un plan de estudios adaptado al tiempo disponible e incluso a la estación del año durante la que se vaya a estudiar el grueso del temario.

Tu plan de estudios debe incluir un calendario que indique con claridad el programa diario de materias que vas a abordar, así como el repaso de temas para asegurar el dominio de cada asunto delimitado. Sigue tu itinerario de manera sistemática, sin hacerte “trampas en el solitario”. El orden es crucial, tanto en tu calendario como en tu lugar de estudio, para tener una idea definida de lo que llevas hecho y lo que tienes pendiente.

3) Técnicas de aprendizaje

Dada la gran cantidad de textos y datos que una oposición requiere asimilar, conviene utilizar métodos de retención que permitan abordar la mayor cantidad de contenidos en el tiempo disponible. Existen novedosas técnicas que huyen de la memorización mecánica: interiorizar los conceptos para entenderlos, potenciar la captura visual con gráficos o auditiva con grabaciones, crear mapas conceptuales y esquemas con tu propio lenguaje. Los procedimientos que uses para interactuar con el temario durante la oposición te servirán después para abordar tu trabajo administrativo, una vez obtenida la plaza como empleado público.

4) Apoyo de expertos

Es posible estudiar para unas oposiciones de manera independiente y sin ayuda externa. De hecho, cientos de personas optan por esta modalidad. Sin embargo, es prudente acudir a una academia o preparador, al menos para asegurar la supervisión al abordar el temario. Debe tenerse en cuenta que los profesionales en la materia están al tanto de las últimas convocatorias, conocen a fondo todo el proceso y los mejores manuales de consulta. Con frecuencia se trata de profesores y técnicos con décadas de práctica.

5) Repasos y ensayos

En tu calendario de estudios debes incluir dos actividades tan necesarias como el propio aprendizaje: los repasos de temas y los simulacros de examen.

Un error que puede cometer un opositor novato es avanzar en el temario sin detenerse a revisar las materias ya estudiadas. Para asentar o sedimentar los conocimientos, tan crucial es el repaso como el propio estudio.

Por mucho que hayas estudiado, si el día de la prueba pierdes los nervios por falta de experiencia, de nada te servirá haber pasado meses ‘empollando’. Debes hacer ensayos previos para que no te pillen por sorpresa los requisitos ni los tiempos.