María Delgado Quintas Directora de Seguridad

"Parece mentira que haya compañías que se salten los convenios colectivos"

María Delgado Quintas

¿En qué situación se encuentra actualmente la seguridad privada?

La seguridad privada debe encaminarse hacia la profesionalización. Actualmente se encuentra huérfana de marco normativo. La Ley de Seguridad Privada se queda obsoleta y el Reglamento ni está ni se le espera. No puede ser que estemos trabajando con el reglamento de 1994 apoyado en órdenes ministeriales, parcheando.

La pandemia, los desastres naturales, los ataques terroristas, los ciberataques, las guerras europeas y todas estas situaciones que se están viviendo exigen un marco normativo renovado, una profesionalización del sector y un escenario donde se dignifique nuestra labor.

También es necesario perseguir al que abusa del trabajador. Hay que exigir a empresas y administraciones un compromiso negro sobre blanco contra el fraude, el maltrato, la piratería y la deslealtad.

¿Cuáles son las principales necesidades de la seguridad privada en España?

Lo más urgente es disponer de personal bien formado, que sepa cómo reaccionar ante cualquier situación que le sobrevenga. A priori, esto parece fácil, pero de sencillo no tiene nada porque es necesario ‘limpiar’ los despachos de las empresas y de las administraciones que manejan el cotarro.

No puede ser que estén campando a sus anchas compañías que están dejando a familias en la más absoluta pobreza. A estas alturas, parece ciencia ficción que no se abonen salarios desde hace más de seis meses o que se salten a la torera los convenios colectivos.

Eso ocurre porque quienes están en esos despachos son los mismos perros con distintos collares. Hay buena formación, pero las personas bien formadas no interesan a las corporaciones, no son manipulables…

¿Cómo cree que va a evolucionar la seguridad privada en los próximos años?

No tiene más camino que la profesionalización. Si no queremos ver Crónica de una muerte anunciada, debemos aprender lecciones y trabajar por la formación y la especialización. De la mano del Ministerio del Interior se deben inspeccionar servicios, empresas, formaciones y prácticas de manera exhaustiva y sin tibieza. Eso aportará rigurosidad y profesionalidad de cara a retos como la ciberseguridad, las infraestructuras críticas, la seguridad de las personas…

Recientemente he leído en un estudio que el oficio de vigilante de seguridad es uno de los más demandados en el último año, y tiene su lógica: a más pobreza, mayor índice de criminalidad.

Es duro, pero hay que sacar pecho ahora y realizar esa limpia. Solo a través de procesos de selección, formación, inspección y capacitación podremos evolucionar hacia la profesionalización.