seguritecnia 456

SEGURITECNIA Septiembre 2018 77 Control y gestión de alarmas feccionados para simplificar el mon- taje– y de la cobertura de las infraes- tructuras de telecomunicación dispo- nibles, sobre todo en telefonía móvil y en líneas de banda ancha, con precios más asequibles por una mayor com- petitividad entre operadores. Además, estaba la constatación de que la sim- ple activación de la sirena no evitaba el robo, al contrario: cada vez se las hacía menos caso dado el elevado número de veces que sonaban indebidamente, lo cual fue caldo de cultivo del argu- mento comercial de que las alarmas de intrusión sin conexión a CRA no servían para nada; una conexión tanto para ve- rificar como para garantizar una res- puesta. El mensaje caló y la demanda aumentó. Y todos estos argumentos, más o menos, se pueden extrapolar a las alarmas de detección de incendios. Entonces, ¿cómo es posible que con los sistemas de detección de incendios no hayan tenido una evolución similar y se conecten con CRA en mayor me- dida? Hay cientos de miles de indus- trias, garajes, almacenes, oficinas y co- mercios que cuentan, obligados por ley o no, con sistemas de detección de incendios pero sin conexión a CRA. Y son locales que pasan largos perio- dos de tiempo sin nadie, durante los cuales, si se produce una alarma de in- mercializadas por operadores de tele- comunicaciones como AT&T. Por tanto, este es otro factor de riesgo que podrá debilitar a pymes instaladoras y CRA y que debe motivarlas a evolucionar inno- vando y diversificando servicios. Alarmas de incendio Muchas veces me pregunto cómo es posible que las alarmas de incendio, en lo que respecta a su conexión con la CRA, no hayan tenido el mismo éxito y calado social que las de intrusión. Es evidente su importancia, ya que salvan vidas, además de patrimonio. Conec- tar cualquier sistema de alarma con una CRA significa garantizar una respuesta temprana, evitar un siniestro o minimi- zar sus consecuencias. Pero con las alar- mas de incendio estamos como con las de intrusión hace tres o cuatro décadas, cuando apenas se conectaban. Es in- comprensible. El boom de las alarmas de intru- sión conectadas a CRA comenzó de la mano de diversos factores favorables. Primero el hecho evidente de su utili- dad, ya que ayudan a minimizar o a evi- tar las consecuencias de un robo. Otros fueron una bajada de precios de los equipos vinculada a un mayor número de proveedores, mejoras tecnológicas –como el uso de elementos radio per- low cost de estas compañías no son una amenaza. Lo es obcecarse en luchar contra ellas con propuestas similares sin contar con sus mismas armas. Por tanto, deben verse como una motivación para buscar y ofrecer soluciones distintas, de mayor valor añadido, polifuncionales o multiservicio, soluciones que solo pue- den brindar profesionales de gran capa- cidad técnica, como suelen ser los que conforman las pymes. Nuevos actores Hace años la facturación de los servi- cios de instalación, mantenimiento y conexión a la CRA la hacía siempre la empresa prestataria del servicio, pero ahora no siempre es así. Por ejemplo, dentro del mundo de las CRA pode- mos decir que hay mayoritariamente dos modelos de funcionamiento: en el primero están las empresas que cuen- tan con su propia capacidad comercial para captar su propia cartera de clien- tes, a quienes facturan y prestan direc- tamente todos los servicios; mientras que en el segundo se encuentran las que reciben clientes captados por ter- ceras empresas a las que ellas les factu- ran el servicio de CRA aunque no se lo presten; algo que legalmente nada lo impide, siempre que el contrato y la res- ponsabilidad sean de la prestataria del servicio. Hasta ahora, las empresas del se- gundo grupo eran habitualmente pymes instaladoras, la mayoría de las 1.228 habilitadas que conectan sus clientes con alguna de las aproxima- damente 155 CRA existentes 2 . Sin em- bargo, de ahora en adelante vamos a ver cómo hacen lo mismo otras compa- ñías sin ninguna habilitación en seguri- dad privada, quienes comercializarán y facturarán servicios de seguridad entre sus carteras de clientes mediante alian- zas para su prestación con otras habilita- das que ejecutarán los servicios. Y tam- bién esto está pasando ya, por ejemplo con los operadores de telecomunica- ciones, y será una dinámica imparable. Baste un dato: el 50 por ciento de las al- tas nuevas de alarmas en el sector re- sidencial en Estados Unidos ya son co-

RkJQdWJsaXNoZXIy ODM4MTc1