Jordi Martínez, director técnico de Iman Seguridad.
Jordi Martínez Director técnico Iman Seguridad

Inteligencia aplicada a la seguridad de la empresa

Servicio de inteligencia.

Es un hecho que hoy en día las empresas, además de ser organizaciones destinadas a prestar bienes o servicios, también se han convertido en herramientas competitivas sometidas a riesgos y amenazas (tanto internos como externos) que pueden llegar a afectar a su situación económica y, por ende, a su reputación. Además, si contamos con la evolución de las nuevas tecnologías de la información, los riesgos y amenazas son aún mayores, de manera que pueden recibir ataques por otras vías que se alejan de las más tradicionales, como es el caso del ámbito digital.

En este contexto, inteligencia y seguridad se presentan aquí como dos elementos estrechamente relacionados y complementados entre sí. Pero, ¿de dónde surgen estos conceptos? Etimológicamente, inteligencia es una palabra proveniente del latín y está compuesta por dos términos: intus, que significa “entre”, y legere, que significa “escoger”. Por tanto, inteligencia se puede entender como la capacidad de seleccionar, ante una situación determinada, las alternativas más convenientes para la resolución de un problema. Por su parte, la palabra seguridad proviene del latín securitas, de securus, que significa “exento, libre de cuidados, lleno de seguridad y confianza”, haciendo referencia a aquello que tiene la cualidad de seguro; es decir, está exento de peligro, daño o riesgo.

Aplicamos el concepto inteligencia a un entorno de seguridad con la finalidad última de proteger y promover los intereses de una organización a través del análisis de datos, su procesamiento y su transformación en información, para seguidamente interpretarla, extraer conclusiones y, solo cuando es válida para el equipo decisor, convertirla en conocimiento. Precisamente el artículo 4 de la Ley 11/2002, reguladora del Centro Nacional de Inteligencia, indica que la principal función de un servicio de inteligencia es obtener, evaluar e interpretar información y difundir la inteligencia necesaria para proteger y promover los intereses de una organización.

Inteligencia y empresa

En el mundo empresarial, la importancia de disponer de un servicio de inteligencia queda latente cuando, por ejemplo, durante el proceso de implantación de un nuevo departamento para la expansión y crecimiento de una compañía se produce un intento de fraude que el equipo directivo no detecta. Dicho fraude puede consistir en manipular y falsificar formación, conocimientos y experiencia profesional para acceder al cargo de máxima responsabilidad del departamento a implantar. En el tramo final de la toma de decisiones, se solicita la participación del servicio de inteligencia, cuya aportación consiste en detectar el fraude, prevenirlo y repararlo, mostrando, de esta manera, las vulnerabilidades que tenían algunos de los departamentos de la corporación. Este ejemplo nos sirve para reflejar la capacidad detectora y preventiva de un servicio de inteligencia, pero también su importancia.

En este contexto, en Iman trabajamos bajo un modelo de negocio basado en tres vértices: seguridad, inteligencia y tecnología; desarrollado en tres líneas estratégicas: seguridad de la inteligencia, inteligencia tecnológica y tecnología de la seguridad.

La tecnología

En el campo de la seguridad de la inteligencia, grupos como Iman trabajan en la obtención del conocimiento que permita a sus clientes mejorar el rendimiento empresarial, tanto desde un punto de vista tangible (detección de hurtos, investigación de robos, etc.) como intangible (filtraciones, reputación, espionaje industrial, etc.). Para ello, es imprescindible contar con especialistas en ambos campos. En nuestro caso, esta apuesta se traduce en el trabajo colaborativo desde dos áreas diferenciadas.

Los servicios de inteligencia aumentan su eficacia cuando se prestan a través de un modelo integrado

Por un lado, como empresa de seguridad disponemos de tecnología de la seguridad a través de soluciones tecnológicas que pueden ser un soporte para los servicios de inteligencia de nuestros clientes, pero también para otras empresas de inteligencia. Dentro de esta área, contamos con soluciones vinculadas con la obtención de conocimiento e información, que comúnmente se conocen como inteligencia de negocio. Esta línea de producto y servicio está orientada mayormente al sector logístico y retail, pero es extensible a otras áreas donde se precise de control y trazabilidad. Combina la mejor tecnología en videovigilancia con el mejor servicio que se presta por parte de un centro de videovigilancia propio, vinculado a la central receptora de alarmas. De este modo se aprovechan todos los recursos del grupo y del CSC (Computer Service Center) de Iman Seguridad para poder diseñar proyectos de vigilancia activa conectados a los PoS (Points of Sale), gestión de almacenes y control de accesos de nuestros clientes.

Por otro lado, cuando estos servicios detectan la comisión de delitos o el incumplimiento de normas internas, existen garantías jurídicas gracias a la participación de la segunda área implicada en este proyecto: el equipo de detectives privados de una empresa colaboradora, los cuales se encargan de elaborar los informes necesarios para la correcta tramitación de las denuncias. Esta empresa dispone de servicios de investigación para el apoyo a la defensa judicial, de due diligence (necesarios en la compra-venta de bienes y contratación de servicios), de soluciones para la prevención y detección de delitos relacionados con el compliance, la reputación y el posicionamiento corporativo, e investigaciones sobre competencia desleal, entre otros.

Asimismo, cuenta con servicios de análisis forense de las tecnologías de la información y monitorización de redes sociales, sobre todo en aquellos casos en los que el riesgo se manifiesta mediante vías digitales y en el que la ciberinteligencia juega un papel fundamental. En este sentido, el espacio digital es una fuente abierta de información y, a su vez, una exposición continua a amenazas y riesgos que no solo se materializan en recibir ataques o secuestros de información, como es el caso del ransomware, sino que la reputación de la organización está en manos de las opiniones y los comentarios de particulares y organizaciones.

Servicio de inteligencia.

Por otro lado, los empleados de las empresas se encuentran expuestos a estos riesgos y amenazas de manera directa. La formación es la única defensa efectiva, ya que la organización no puede dejar de estar en manos de los trabajadores. Sin embargo, los empleados a su vez pueden convertirse en una amenaza que, si no se detecta de manera temprana, provoca en ocasiones un daño incluso mayor.

De este modo, podemos decir que los servicios de inteligencia aumentan su eficacia cuando se prestan a través de un modelo integrado que pone al alcance de los interesados no solo la tecnología, sino también y principalmente la detección activa de comisiones de delito, infracciones de códigos éticos o normativas de las corporaciones, así como la tramitación a través de un servicio profesional y autorizado.

La inteligencia es cada vez más necesaria para las organizaciones ya que su entorno muta continuamente, y cada vez a mayor velocidad. Este cambio se produce por el avance de la sociedad, la política, la economía y la tecnología de la información y la comunicación. Esta última permite procesar una cantidad ingente de datos e información. Por tanto, a día de hoy la inteligencia se nutre más que nunca de información, aumentado de este modo sus capacidades y su relevancia en la toma de decisiones de las organizaciones. De manera concreta en el área de seguridad, las amenazas han aumentado por el uso cada vez mayor del espacio digital, lo cual genera una necesidad de protección dual (espacio físico y espacio digital), pero también de conocimiento y anticipación, que solo se puede abordar a través de la inteligencia.