La última reunión del Consejo de Seguridad Nacional, el 14 de febrero, trajo consigo la aprobación de la elaboración de la Estrategia Nacional contra la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva.
Desde 2018, el encargado para la preservación de la seguridad nacional en este ámbito es el Comité Especializado de No Proliferación de Armas de Destrucción Masiva, cuya actuación está enmarcada en la Estrategia de Seguridad Nacional. El objetivo principal de este comité es la estrecha conexión de lucha contra el terrorismo, el crimen organizado, la defensa nacional y la no propagación y difusión de armas de destrucción masiva para proteger a la población.
¿Cuáles son estas armas de destrucción masiva?
Entre las principales amenazas identificadas en la Estrategia de Seguridad Nacional se encuentran los conflictos armados y la proliferación de este tipo de armas. Estas últimas se tratan, en concreto, de armas químicas, biológicas y nucleares.
Según la definición de las Naciones Unidas, son «armas atómicas explosivas, armas compuestas por material radioactivo, armas letales químicas o biológicas y cualquier arma desarrollada en el futuro que tenga características comparables en sus efectos destructivos a los de la bomba atómica».
Cada tipo de arma trae consigo uno o varios organismos y tratados reguladores para su prohibición y/o no proliferación entre los diferentes países. Por ejemplo, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, el Grupo de Australia o el Tratado de No Proliferación de las Armas Nucleares, entre otros.
España se encuentra adscrita y vela por el cumplimiento de las disposiciones de cada una de estas instituciones.
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