La defensa es un sector estratégico en crecimiento en el que la seguridad cobra una gran importancia. En concreto, la seguridad de las bases, cuarteles, polvorines, etc., se basa en productos y soluciones de mercado, similares o iguales a las del resto de sectores.
Considerando que las instalaciones militares son activos de alto riesgo, podemos asumir un perfil de atacante con mucha preparación, motivación y capacidades.
En lo relativo al diseño de sus medidas de seguridad, la protección de este tipo de instalaciones sigue unos altos estándares basados en normativa específica de defensa, como la normativa de seguridad o las orientaciones de la Oficina Nacional de Seguridad, enfocadas en la protección de documentación clasificada.
Por otro lado, en lo relativo a las tecnologías a implementar, no podemos considerar que las medidas habitualmente empleadas para la protección de instalaciones convencionales deban emplearse para este tipo de instalaciones, aunque este es generalmente el caso.
En este sentido, la legislación de seguridad privada incluye alguna obligación específica, como la de incluir equipamiento de grado 4, según la norma 50131, en las instalaciones militares y polvorines. No obstante, estas medidas obligatorias se nos antojan muy escasas y difícilmente coherentes con el nivel de riesgo que podría derivarse de la importancia de estas instalaciones.
Afortunadamente, en los últimos años, en diversos ámbitos del sector, se está produciendo un notable cambio en este enfoque tecnológico, lo que está permitiendo abordar las necesidades de seguridad de manera más efectiva.
Nuevo enfoque estratégico en la seguridad de defensa
Lo que es evidente, es que estamos en un proceso de replanteamiento de la estrategia de defensa, el cual necesariamente incluirá medidas de seguridad para proteger a las personas, bienes y activos frente a amenazas convencionales deliberadas.
Para ello, será indispensable desarrollar capacidades industriales y de servicios específicas, adaptadas a las necesidades de cada sector.
La incertidumbre en las relaciones entre Estados hasta ahora aliados, así como en la continuidad de ciertas cadenas de suministro, nos lleva a concluir que es imprescindible contar con capacidades nacionales que permitan garantizar la seguridad de nuestros activos de defensa.
Un sector como el de defensa debería ser capaz de contar con ‘partners’ estratégicos capaces de desarrollar herramientas adaptadas a su casuística, contexto, vulnerabilidades y riesgo
Tecnologías avanzadas para la seguridad de defensa
Un primer paso evidente sería considerar en el ámbito de la defensa aquellas tecnologías que llevan tiempo implantándose en el ámbito civil. Una de estas tecnologías, y que habitualmente ocupa una misión fundamental en los centros de control de seguridad, es el denominado PSIM (Physical Security Integration Manager).
Las aplicaciones de centralización de seguridad han evolucionado enormemente en los últimos años, permitiendo integrar todo tipo de tecnologías, aportar información sobre procedimientos, dar trazabilidad a los procesos y transformar a los centros de control de seguridad en hubs de información, desde los cuales los responsables de seguridad puedan desempeñar un papel preponderante en la resiliencia y continuidad operativa.
Entorno de alto riesgo
Desde Desico, como desarrolladores del PSIM líder en el mercado español, estamos convencidos de que aplicaciones como Vigiplus desempeñarán un papel clave en la evolución de la seguridad de las bases del futuro.
No obstante, existe un gran desconocimiento de qué capacidades puede aportar una herramienta completa de PSIM como Vigiplus PSIM. Esto se debe, en parte, a la falta de consenso de qué significa PSIM y qué características debe incluir, lo que provoca una confusión entre conceptos como VMS avanzados y PSIM.
¡Sigue leyendo!
Aquí te hemos mostrado tan solo una parte de este contenido.
¿Quieres leer el artículo completo?